Investigación

El estrés social contribuye al riesgo de suicidio en las adolescentes

Las tasas de comportamiento suicida y autolesiones son más altas en las chicas, aunque ellos lo llevan a término con mayor frecuencia

El psicólogo opina que los colegios deberían tener comunicación con los centros especializados en salud mental juvenil
El estrés social por conflictos con compañeros y amigos influye en el riesgo de suicidio adolescente Rober SolsonaEuropa Press

Los casos de suicidios consumados en niños y adolescentes de los últimos meses– el de las mellizas de Oviedo, hace una semana, el del joven de 17 en Burgos - que falleció el míercoles, y el de las gemelas de Sallent, en febrero– ponen de manifiesto la gravedad de un problema social que requiere de una respuesta urgente y coordinada.

El suicido es, actualmente, la principal causa absoluta de muerte en España entre los 15 y los 29 años. Los suicidios en menores de 15 años aumentaron un 57% en España en 2022– estamos en una media de unos 25 al año– y, en ese mismo año, la Fundación Anar, dedicada a prestar apoyo a niños y adolescentes en riesgo, atendió 4.554 casos por ideación suicida y pudo salvar la vida de 1.275 menores de edad, que ya habían iniciado el intento de suicidio en el momento de contactar con ellos.

Existe evidencia sobre que las tasas de comportamiento suicida y autolesiones son particularmente altas entre las chicas y que, en ellas, los factores estresantes interpersonales, como los conflictos con compañeros, amigos, familiares y parejas románticas están íntimamente relacionados con el comportamiento autolítico. Sin embargo, la consumación del suicidio es más común en chicos.

Ahora, una nueva investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en la revista Journal of Psychopathology and Clinical Science, añade dos nuevos factores de riesgo a esta compleja ecuación: el estrés social y el déficit en la resolución de problemas. Respecto al segundo aspecto, algunas teorías psico-sociales sobre el comportamiento suicida sugieren que la escasa capacidad de los adolescentes para resolver problemas sociales puede contribuir a esta relación, dado que son más propensos a ver el suicidio como una solución viable a su angustia cuando sienten que han agotado otras opciones.

El estudio pretendía probar estas asociaciones teniendo en cuenta tanto medidas de estrés social simuladas experimentalmente como medidas del mundo real. Las participantes fueron 185 chicas de entre 12 y 17 años que habían experimentado algún problema de salud mental en los últimos dos años. Al principio del estudio, las participantes completaron encuestas y entrevistas sobre sus síntomas de salud mental y conductas suicidas y realizaron una tarea que evaluaba sus habilidades de resolución de problemas sociales, que implicaba responder a escenarios que implicaban conflictos interpersonales o desafíos con personas de su entorno.

A continuación, se les pidió realizaran una tarea que se ha demostrado -en estudios anteriores- que induce estrés social: tenían que preparar y pronunciar un discurso de tres minutos ante lo que pensaban que era una audiencia de compañeros que les observaban a través de una conexión de vídeo. Inmediatamente después de la tarea estresante, volvieron a realizar la tarea de resolución de problemas sociales para comprobar si el estrés social provocaba una disminución de su capacidad para resolver problemas. Los investigadores también hicieron un seguimiento de las chicas durante nueve meses, con controles cada tres meses, para preguntarles sobre los factores estresantes que experimentaban en los ámbitos interpersonales, como con compañeros, amigos y familiares, así como sobre conductas suicidas.

"Los hallazgos proporcionan apoyo empírico a las teorías cognitivas y conductuales del suicidio que sugieren que los déficits en las capacidades para gestionar y resolver eficazmente los problemas interpersonales pueden estar relacionados con el comportamiento suicida -destaca la autora principal del estudio Olivia Pollak, de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos)-. Clínicamente, esto es notable, ya que la resolución de problemas ocupa un lugar destacado en varios tratamientos para conductas suicidas o autolesivas".

En general, descubrieron que las chicas que mostraban un mayor declive en la eficacia de la resolución de problemas en el laboratorio, y que también experimentaban mayores niveles de estrés interpersonal durante el periodo de seguimiento de nueve meses, eran más propensas a mostrar conductas suicidas durante el tiempo que duró el seguimiento.

En España, disponemos de varios recursos como la línea de atención a la conducta suicida (024) y las líneas de Ayuda de la Fundación ANAR para niños/as y adolescentes (900 20 20 10 y chat.anar.org) y familias (600 50 51 52) para evitar y prevenir la conducta suicida en menores de edad.