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Ciencia

El higo no es una fruta: la sorprendente realidad científica detrás de su clasificación

Para que nazca un higo silvestre, debe morir una avispa dentro de él

La ciencia detrás de la mermelada de higos perfecta Unsplash

Aunque solemos pensar en el higo como una fruta dulce y jugosa, la ciencia lo desmiente: no es una fruta, sino una inflorescencia invertida, una estructura compuesta por cientos de diminutas flores que crecen hacia adentro. Así lo explicó la creadora de contenido científica @celulau.bio en un vídeo viral en TikTok, donde reveló además un hecho que sorprendió a millones de usuarios: para que nazca un higo silvestre, debe morir una avispa dentro de él.

Una simbiosis milenaria entre higos y avispas

El higo pertenece al género Ficus, un grupo de plantas tropicales y subtropicales que mantienen una relación de mutualismo con las llamadas avispas del higo. Es un sistema que la biología considera una de las asociaciones más antiguas y precisas de la naturaleza: ambos organismos dependen totalmente uno del otro para sobrevivir.

Cada especie de Ficus está asociada con una o pocas especies de avispas específicas. Según un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B, esta relación se remonta a más de 60 millones de años y ha sido crucial para la evolución de los ecosistemas tropicales, ya que los higos alimentan a más de 1.200 especies de animales en el planeta.

La avispa hembra, cargada de polen, entra al interior del higo a través de un diminuto orificio llamado ostíolo. Durante el intento, pierde sus alas y antenas, lo que la condena a morir dentro. Antes de hacerlo, deposita sus huevos en algunas flores y poliniza otras. Las larvas que nacen de esos huevos crecen durante semanas; los machos, que carecen de alas y de visión, se aparean con las hembras y abren un túnel para que puedan salir al exterior. Una vez fecundadas, las hembras abandonan el higo, cargadas de polen, y el ciclo vuelve a comenzar.

Entonces… ¿comemos avispas al comer higos?

La respuesta es no. Como explica el vídeo de @celulau.bio, la mayoría de los higos que consumimos pertenecen a variedades partenocárpicas, como la Ficus carica, que no requieren polinización ni albergan avispas. En los casos de higos silvestres donde sí hay intervención de avispas, el propio fruto produce una enzima llamada ficina, que descompone completamente el cuerpo del insecto, integrando sus restos al tejido vegetal.

De hecho, investigaciones publicadas en Scientific Reports han confirmado que la ficina, también usada industrialmente como ablandador natural de carne, actúa como un potente agente digestivo que elimina los restos de las avispas dentro del fruto en cuestión de días.

Una joya evolutiva con beneficios para la salud

El higo sigue siendo un alimento altamente nutritivo. Es rico en fibra, antioxidantes y compuestos fenólicos que ayudan a controlar el colesterol y a mejorar la salud digestiva. Un estudio de la Universidad de Rutgers (EE. UU.) demostró que su consumo regular puede contribuir a reducir la presión arterial y fortalecer la microbiota intestinal gracias a su alto contenido en prebióticos naturales.

Además, los higos son una fuente relevante de calcio, hierro y magnesio, elementos esenciales para el metabolismo y la salud ósea.