
Insectos
Ni la luz ni el alimento: esto es lo que realmente atrae a las polillas a tu casa
Descubre por qué tu hogar es un imán para estos insectos y por qué aparecen solo en verano

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, no solo suben los termómetros, también empiezan a aparecer visitantes, que no son bienvenidos, en nuestros hogares. Entre ellos, las polillas. Esos pequeños insectos nocturnos que revolotean en la penumbra se convierten, año tras año, en una presencia casi inevitable cuando cae la noche.
Durante los meses cálidos, muchas personas notan que las polillas parecen multiplicarse, colándose por ventanas abiertas, buscando rincones oscuros o girando sin descanso alrededor de las luces. Pero qué las atrae realmente a nuestras casas.
¿Por qué entran polillas en casa?
Más allá del mito de la bombilla, la ciencia revela que los motivos biológicos y evolutivos que atraen a estos insectos nocturnos al interior de nuestros hogares, no son que las polillas son atraídas por la luz.
Esta creencia, se ha pasado durante generaciones y ha sido replicada sin cuestionamientos. Pero la ciencia ha descubierto que el comportamiento de las polillas responde, en realidad, a estrategias evolutivas moldeadas durante millones de años. Los estudios más recientes apuntan a que, más que una atracción ciega por la luz, estas visitantes nocturnas se ven confundidas por ella.

¿Por qué se sienten atraídas las polillas?
El auténtico motivo por el que las polillas entran en casa tiene menos que ver con la luz y más con nuestra propia presencia. Lo que realmente las atrae es el olor, el de los humanos, la ropa con restos de sudor, la humedad ambiental o incluso alimentos mal almacenados. Estas señales olfativas actúan como pistas de refugio, reproducción o alimento, y convierten nuestros hogares en un entorno ideal para su supervivencia.
Este descubrimiento cambia por completo la visión tradicional que tenemos de estos insectos. No son víctimas de una simple confusión con la luz, sino estrategas biológicos guiados por estímulos químicos casi imperceptibles para nosotros. De hecho, compuestos presentes en perfumes, productos de limpieza o tejidos sintéticos pueden atraerlas sin que lo notemos.
Otros factores que también influyen en las polillas
El cambio climático también podría estar desempeñando un gran papel en este fenómeno. Al elevarse las temperaturas y prolongarse las estaciones cálidas, muchas especies de polillas han ampliado sus territorios hacia zonas urbanas.
Además, la mayor disponibilidad de recursos dentro de las viviendas, como fibras naturales o harinas mal conservadas, convierte los hogares modernos en hábitats atractivos. En cierto sentido, nuestras casas se han vuelto ecosistemas paralelos a los entornos naturales donde estas criaturas solían habitar.
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