Investigación Médica

Mosquitos «mutantes» para erradicar la malaria

Tras pasar por un proceso de edición genética, 10.000 ejemplares serán liberados en Burkina Faso, una medida no exenta de polémica.

El mosquito Anopheles gambiae es el responsable de la propagación de la malaria por las zonas más castigadas de África
El mosquito Anopheles gambiae es el responsable de la propagación de la malaria por las zonas más castigadas de Áfricalarazon

Tras pasar por un proceso de edición genética, 10.000 ejemplares serán liberados en Burkina Faso, una medida no exenta de polémica.

Parece que la ingeniería genética, la misma que hace unos años sonaba a algo muy lejano que solamente pasaba en las películas de ciencia ficción, ha llegado para quedarse. En la actualidad, la manipulación de los genes es algo habitual en la agricultura, en los laboratorios farmacéuticos, en la investigación antropológica y, sobre todo, en el campo de la medicina. Pero esto no quiere decir que el simple hecho de mencionar esta técnica haya dejado de despertar recelos en la sociedad en general. El último ejemplo está en Burkina Faso. El Gobierno del país de África Occidental ha dado el visto bueno para la suelta de 10.000 mosquitos modificados genéticamente, una iniciativa que forma parte de un proyecto más amplio que busca lograr la erradicación de la malaria. Sin embargo, los aplausos y los abucheos de los expertos se cuentan a partes iguales.

Según publicó ayer el diario británico «The Guardian», este es el primer paso del mayor proyecto mundial hasta la fecha de genética dirigida. En el plan están involucrados científicos del «Target Malaria Project» y también del Imperial College de Londres y de la Universidad de Oxford, además de entidades tales como la Fundación Gates, Facebook, e, incluso, el mismísimo Pentágono. Este protagonismo estadounidense ha despertado muchas dudas respecto al verdadero trasfondo de la operación, en especial entre las organizaciones locales de Burkina Faso. Estas critican que su país se vaya a convertir en una especie de laboratorio genético donde las regiones más poderosas van a probar una tecnología de la que aún no se conocen los riesgos asociados.

«No queremos experimentos peligrosos en nuestro país. No queremos políticos corruptos y científicos tomando decisiones en nuestro lugar. Si Bill Gates quiere ayudarnos, entonces debería preguntarnos, no hacer algo que no queremos», explica al mismo diario el presidente de Terre a Vie, Ali Tapsoba, una organización que ya ha organizado protestas contra lo que ellos llaman el «colonialismo médico». No hay que olvidar que se trata de una zona muy vulnerable desde el punto de vista económico, algo que recuerdan de forma constante desde los colectivos en defensa de los derechos de las comunidades locales.

Los defensores de esta suelta masiva de mosquitos modificados genéticamente respaldan su postura diciendo que los ejemplares que han «creado» son estériles, y, por ello, morirán pocos meses después de ser liberados. Según sus últimos estudios, si esta primera fase concluye con éxito, el siguiente paso será planificar la liberación de un nuevo grupo de mosquitos que cuenten con un nivel de ingeniería genética superior, más sofisticado. De esa forma, esperan erradicar de forma definitiva los vectores de la enfermedad.

«Si no podemos poner en práctica la investigación no lograremos arrojar luz sobre los factores inciertos y no podremos desarrollar la tecnología que nos permita erradicar las especies responsables», explica a «The Guardian» Royden Saah, de la ONG Island Conservation. Uno de los fines de esta entidad es desarrollar una forma de ingeniería genética dirigida específicamente a limpiar las islas remotas de especies invasoras, algo que no dista tanto de lo que los científicos han planificado para acabar con la malaria en Burkina Faso.

Daños en el ecosistema

Pero los expertos que se sitúan en el lado contrario, alertan de las consecuencias medioambientales que esta modificación artificial del medio podría tener a medio y a largo plazo en las zonas afectadas. ¿Cuáles pueden ser las más graves? Los científicos avisan de posibles cambios en el hábitat y la desaparición de especies, algo que produciría efectos irreversibles en los ecosistema y, por ello, en la propia humanidad. Además, los mismos expertos recuerdan que también hay que tener en cuenta que, potencialmente, esta tecnología podría usarse en un futuro para desarrollar armas biológicas, un factor que podría ser altamente destructor en el caso de producirse una posible guerra entre las potencias mundiales.

Los pros y los contras de la aplicación de estos avances en ingeniería genética se debatieron durante la pasada semana en la conferencia de biodiversidad que organiza anualmente la ONU. En ellas, detractores y defensores defendieron por qué y por qué no se debería prohibir la aplicación a la población de ensayos científicos que impliquen el uso de ingeniería genética.