Educación
Once estudiantes MIT ejercen de profesores en centros de Barcelona con la metodología "maker" como referente
En el marco del programa MIT Global Teaching Lab y de la mano de la Fundación “la Caixa”, en enero han completado sus prácticas en nueve centros públicos y dos concertados, donde han propuesto y desarrollado proyectos con los estudiantes de ESO y Bachillerato
Durante todo enero, once estudiantes del Massachusets Institute of Technology han estado realizando prácticas como profesores auxiliares en materias STEM en otros tantos centros educativos barceloneses en el marco del programa MIT Global Teaching Lab, una iniciativa impulsada por el propio MIT, que desarrolla en diferentes países de la mano de fundaciones colaboradoras, en este caso, de la Fundación “la Caixa” y Educaixa.
“El objetivo es promover nuevas formas de enseñar”, señala María Espinet, responsable de EduCaixa, quien en este sentido comenta que “MIT es una entidad referente en la metodología maker”, que se basa en el aprendizaje por proyectos, poniendo el foco en el aprender a aprender, en la investigación y el espíritu emprendedor, así como en el aprendizaje a través de la práctica.
Así pues, en el marco de este programa, los estudiantes MIT proponen a los alumnos de la ESO o Bachillerato, según considere cada centro educativo, un proyecto a desarrollar en el marco de las clase de física, química, tecnología y ingeniería, robótica, o informática, por ejemplo, mediante el cual éstos podrán “aplicar los conocimientos adquiridos en clase y potenciar sus habilidades”, comenta Irma Ceco, estudiante bosnia de Ingeniería Mecánica en el MIT, que ha completado sus prácticas en el Instituto Santa Coloma de Gramanet.
Dar sentido a la teoría
Por su experiencia, “hay muchos estudiantes que no entienden por qué están aprendiendo lo que están aprendiendo ni cómo eso se puede aplicar en la vida real”, y con el proyecto maker “han de aplicar lo que aprenden en clase, trabajar en equipo, construir y combinar sus habilidades con sus conocimientos”.
En la misma línea, Marta Calvo, profesional del Instituto Santa Coloma de Gramanet, indica que “el centro apuesta por varias metodologías de enseñanza porque cada niño aprende a su manera y, entre otras, creemos firmemente en el aprendizaje por proyectos”. “En la ESO y Bachillerato es un momento ideal para que los alumnos trabajen colectivamente y vean que lo que aprenden en las clases tiene su aplicación práctica y es útil para solucionar problemas de la vida real”. “Esta metodología les permite desarrollar muchas competencias de forma globalizada”, asegura.
Así pues, durante este mes de enero, tal y como explica Irma, “con estudiantes de 2º de la ESO hemos montado y desmontado un robot y hemos hecho actividades de programación, mientras que con los de 3º hemos trabajado la eficiencia energética y con los de 4º hemos diseñado y creado una pierna protésica”, explica Irma, que también ha trabajado con estudiantes de Bachillerato, a veces en compañía de otro profesor del centro y en ocasiones como única referente docente.
Igualdad y motivación
Pero este año, la Fundación “la Caixa” ha querido poner el foco en la promoción de la equidad e igualdad en el ámbito educativo en lo relativo al despliegue del programa MIT Global Teaching Lab en Barcelona, razón por la cual de los once centros seleccionados por la entidad para participar en el mismo, nueve son públicos, la mayoría de alta complejidad, y dos son concertados, pero atienden a un alumnado en situación de vulnerabilidad.
En el contexto de la selección de los centros, este año, la Fundación “la Caixa” ha colaborado por primera vez con FAIG, una entidad del Departamento de Educación de la Generalitat que, desde el año pasado, es responsable del proceso de instalación de Fab Labs, o espacios Maker, en los centros públicos inscritos en este programa, a los que también se les ofrece formación sobre esta metodología.
Al respecto, María Espinet recuerda que “el concepto Fab Lab es originario del MIT, es lo que ellos hacen, de manera que la presencia de sus estudiantes en los centros barceloneses durante un mes no solo puede servir de inspiración a los estudiantes acerca de esta forma de trabajar, sino que además permite a los docentes empaparse de esta metodología, aprender a replicarla y sacarle más partido”.
Además, el hecho de que alumnos MIT impartan clase y lideren proyectos en estos centros, puede favorecer el que los estudiantes barceloneses vean en ellos un referente y un modelo a seguir y, conscientes de ello, se ha procurado que exista una importante representación femenina entre los mismos (siete chicas por 4 chicos), ya que se conoce que las mujeres apenas representan un 30% del alumnado en ingenieras y, de esta manera, se podrían despertar vocaciones.
De hecho, en el Instituto Santa Coloma de Gramanet, pidieron expresamente contar con una estudiante MIT, puesto que “ellos son un referente para nuestros alumnos y además, por su juventud, muy cercano, y queríamos aprovechar para favorecer el empoderamiento de las chicas, para romper con el mito de las que ciencias son cosa de hombres”
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