La Caixa

La primera infancia como punto de partida de la igualdad de oportunidades

El programa CaixaProinfancia aboga por romper la transmisión de la vulnerabilidad entre generaciones acompañando a los menores

Programa CaixaProinfancia
Programa CaixaProinfanciaCAIXA

Sebastián es uno de los primeros niños en participar en Espacio de Crecimiento 3-6, el nuevo servicio que hace apenas unas semanas ofrece Gazteleku, una de las más de 400 entidades sociales que articulan CaixaProinfancia por todo el territorio, en este caso concreto en Rekalde, un barrio de Bilbao con mucha presencia de familias vulnerables.

Tras su paso por Espacios Familiares 0-3, un recurso mediante el cual la entidad proporciona acompañamiento intensivo a familias con bebés para fortalecer sus competencias parentales y garantizar entornos seguros y estimulantes, Sebastián, que ya ha cumplido los 3 años, disfruta ahora de este nuevo servicio, que acaba de arrancar en una fase piloto.

El objetivo de Espacio de Crecimiento 3-6 es el de promover el derecho al juego, al ocio y a la cultura como herramientas educativas lo que, en línea con el propósito del programa Caixa Proinfancia de la Fundación «la Caixa», contribuye a evitar que la vulnerabilidad se transmita de generación en generación ofreciendo a los menores un acompañamiento continuado que refuerce su desarrollo educativo.

Y todo ello se articula en torno a la evidencia que confirma que la primera infancia es una etapa decisiva en el desarrollo cognitivo, emocional y social y, por lo tanto, invertir en los primeros años de vida es una de las formas más eficaces de romper el ciclo de la pobreza.

Por ello, en el marco del Día Mundial de la Infancia, la Fundación «la Caixa», a través de su programa CaixaProinfancia, que en sus 18 años de vida ha acompañado a cerca de 400.00 niños y adolescentes de toda España de la mano de las entidades sociales colaboradoras como Gazteleku, ha reforzado su intervención en este sentido con ambos servicios, el de Espacios Familiares 0-3 y el de Crecimiento 3-6.

Ante esta nueva etapa de Sebastián, su madre, Karol, de 29 años, se muestra convencida de que «estando con Gazteleku, el niño va a mejorar muchísimo». Y lo dice con el firme convencimiento que le proporciona el haber comprobado cómo el apoyo socioeducativo que CaixaProinfancia ofreció a sus otras hijas, Amaia (9 años) y Aitana (5), les resultó de gran ayuda, así como también vivió en primera persona los beneficios de participar junto a Sebastián en Espacios Familiares.

Romper con la pobreza

Y es que el gran objetivo de Karol, que cría sola a sus hijos con la Renta de Garantía de Ingresos como sostén económico, es el de que los tres niños «hagan la ESO, el Bachiller y la universidad». «Lo que no puede hacer yo, que lo hagan ellos».

Con su clara apuesta por el programa CaixaProinfancia, Karol no parece desencaminada en su propósito de hacer lo posible por dotar a sus hijos de las herramientas necesarias para poner fin a la transmisión generacional de la vulnerabilidad. «Si no tienes esta oportunidad, a veces luego te cuesta. Los niños que no han participado en programas, que no han manipulado cosas, que no han leído, que no han escuchado cuentos o ido al cine... se les nota que juegan con desventaja», dice Arantxa Gutiérrez, educadora social en Gazteleku, donde es coordinadora de infancia y familia.

Y eso es precisamente lo que promueve Crecimiento 3-6, un recurso en el que, tras la merienda, momento que se aprovecha para enseñar a los niños rutinas de alimentación e higiene, se dedica un tiempo al juego, tanto libre como dirigido. Éste permite desarrollar una aprendizaje que, como señala Oihane López, educadora que acompaña a los niños en este nuevo espacio, «es el que más potencia las habilidades de los niños».

«Con el aprendizaje basado en el juego desarrollan habilidades a nivel cognitivo, comunicativo y social», en definitiva, desarrollan aquellas capacidades que van a necesitar en el futuro», asegura López.

Posteriormente, para acabar la sesión, se recurre a un cierre literario. «Podemos utilizar diferentes elementos, como libros, teatro con marionetas, representaciones propias con las telas del espacio... El cierre literario nos baja pulsaciones después de recoger», constata la educadora de Crecimiento 3-6, un recurso que ha tenido muy buena acogida y no solo entre los niños de Rekalde, sino también entre sus familias.

«Muchas ya conocían el espacio de antemano. Han estado trabajando otros años en el 0-3, entonces les reconforta venir y dejar a sus niños», explica López, para a continuación añadir que además «los padres también encuentran un espacio semanal en el que pueden expresar todas sus preocupaciones acerca de la crianza y de temas personales».