Entrevista
Juana Crespo (ginecóloga): “Hay que divorciar la reproducción de la sexualidad”
Esta ginecóloga y obstetra ha sido una pionera en el campo de la Reproducción Asistida
Detrás de miles de nacimientos se encuentra una generación de expertos que han contribuido a lo que, consideran, es una de las funciones más importantes que tiene la naturaleza humana: crear vida. Así lo sostiene Juana Crespo. Con una dedicación incansable que se extiende a lo largo de treinta años, esta ginecóloga y obstetra ha sido una pionera en el campo de la reproducción asistida, ha promovido cambios legislativos revolucionarios y ha participado en avances científicos que han transformado la vida de innumerables familias. Por ejemplo, apoyó en 1988 la primera ley española que regulaba las técnicas de reproducción asistida. Hasta hoy, la Clínica Equipo Juana Crespo, especializada en casos difíciles y fundada a raíz de su empeño en aplicar una medicina personalizada, ha asistido con el nacimiento de más de 40.000 niños.
¿De dónde surge su interés por la reproducción asistida?
Llevo fascinada con este mundo desde que se realizó la primera fecundación in vitro. Pero, además, nací para ser madre y, para mí, ha sido un privilegio ayudar a muchas mujeres que no pueden tener hijos. Desde siempre ha sido mi bandera porque me parece injusto que una mujer cuyo deseo es ser madre no pueda porque la naturaleza se lo impide. Además, por mi carácter retador, cuanto más difícil ha sido la historia de la paciente, más me he implicado para buscar soluciones. Al final, ha sido como aprender a hacer un traje a la medida de las dificultades de todas nuestras pacientes.
En el año 1991, ¿qué experiencia había en nuestro país en reproducción asistida?
La experiencia que teníamos en el año 91 era muy limitada. Los laboratorios de Fecundación in Vitro contaban con muy poca tecnología y experiencia. Nosotros fuimos un grupo de jóvenes con muchas inquietudes desde todos los puntos de vista y, sobre todo, con muchas ganas de avanzar, de mejorar, de investigar e de innovar. A pesar de que la experiencia era muy limitada tanto en nuestro país como en el resto del mundo. No hay que olvidar que la Fecundación in Vitro es una tecnología muy nueva y la primera niña nacida con esta técnica, Louise Brown, tiene 45 años. Con lo cual, en el año 91 todavía estábamos empezando a dar los primeros pasos.
¿Cómo fueron los primeros pasos de la Reproducción Asistida en nuestro país?Fueron horribles, con muy pocos resultados. Los laboratorios FIV tenían muy poca tecnología, y no lo digo en sentido figurado porque realmente el laboratorio era una cocina. Comíamos al lado del laboratorio, no conocíamos nada de la purificación del aire, ni de los volátiles, algo que ahora mismo nos parece impensable. Tampoco sabíamos lo que podía ser una estimulación, ni como transferir. Lamentablemente, cuando miro atrás, me doy cuenta de que éramos unos ignorantes. Por aquel entonces, se necesitaron cientos de intentos para conseguir que naciera Louise Brown. Pero fue un hito y, a partir del mismo, empezamos un camino que nos ha llevado a ir mejorando nuestras tasas de éxito. Ha cambiado mucho toda la especialidad, completamente, no tiene nada que ver nuestra especialidad actual con la que aprendimos en los años 90.
¿Cómo ha evolucionado la reproducción asistida en los últimos años?
Ha evolucionado adaptándonos a los nuevos pacientes. No tiene nada que ver una paciente de 40 años con una de 28 y el envejecimiento que nos encontramos en el primer grupo no es solo a nivel ovárico, también hablamos de un envejecimiento tubárico, uterino o endometrial, y eso hace que tengamos que aprender cómo envejece cada uno de los órganos reproductivos para poder sacar el mejor partido de todo ello.Si hablamos de las técnicas más avanzadas, hoy en día, debemos referirnos a todas aquellas dedicadas a mejorar la calidad de los óvulos. En estas técnicas podemos incluir las estimulaciones personalizadas o el diagnóstico preimplantacional que es cada vez más usual, menos invasivo y ofrece más certeza. Además, en nuestro caso hemos desarrollado un procedimiento propio, Revitalize que supone un gran avance porque mejora la calidad de los óvulos y la receptividad del endometrio aumentando la posibilidad de embarazo con óvulos propios en pacientes con muy mal pronóstico reproductivo. En general, todas las técnicas que permitan que podamos utilizar ovocitos propios para poder conseguir que la mujer geste con sus propios óvulos son el mayor avance hoy en día.
¿Qué aspectos reproductivos aún son una incógnita para la ciencia?
La realidad es que cuando un embrión llega al útero no tenemos la certeza total de lo que pasa, entonces, hoy en día estamos intentando crear soluciones con imaginación y basándonos en nuestro expertise, porque la verdad es que la cascada para que el embrión y el endometrio se reconozcan y se pongan de acuerdo, no la conocemos. Es algo que sucede en vivo, pero in vitro no podemos afirmar con certeza cómo sucede.
¿Qué aspectos considera que deben de tener en cuenta los pacientes a la hora de elegir una clínica de reproducción asistida?
Yo les diría, lo primero, que intenten no comercializar con la salud. Que busquen profesionales testados que tengan experiencia en casos como el suyo y que, además, intenten no entrar a la guerra de las promociones. En mi opinión, esas prácticas hablan mal de un proceso médico. En definitiva, les recomendaría huir de la comercialización de la medicina, buscar profesionales serios, expertos y que además tengan un bagaje en la clínica de resultados que abalen la calidad del centro.
¿Qué consejo daría a las mujeres que posponen la maternidad?
Mi consejo es que hay que divorciar completamente la reproducción de la sexualidad. Al final, si decidimos cambiar completamente la naturaleza de embarazarnos a los 20 años, tenemos que ser consecuentes y planificar la fertilidad. De entrada, las mujeres deberíamos guardar óvulos aproximadamente a los 30 años, lo que nos permitirá tener un buen material genético en el momento en que queramos embarazarnos. Debemos aprender a hacer revisiones reproductivas para evaluar, de verdad, cuál va a ser nuestro envejecimiento desde el punto de vista reproductivo y prever ese envejecimiento. Creo que la preservación de la fertilidad es la bandera de lo que nos va a venir y debemos concienciar a la sociedad porque, efectivamente, lo que decían nuestras abuelas es verdad: el arroz se pasa. Para que no se nos pase, hay que guardar cuando tenemos y no esperar a cuando no hay.¿Cuál diría que será el mayor avance de los próximos años?
Yo creo que será la inclusión del útero artificial. Supondrá un gran avance en reproducción asistida, pero, además, también pienso que tendremos los gametos artificiales y seremos capaces de, a partir de células madre, derivar ovocitos. ¿Por qué? Realmente el útero viejo implanta mal y tiene problemas en el embarazo y el ovocito viejo no nos da lugar a embriones sanos. Yo creo que en unos diez años tendremos respuestas tanto en úteros artificiales como en gametos artificiales.✕
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