Alerta sanitaria

Salud mental y jóvenes: ¿qué no funciona y por qué?

El abuso de la tecnología y la denominada «soledad acompañada» se unen a los diversos tipos de violencia para explicar el malestar emocional

La situación psicológica de muchos niños y adolescentes se ha visto influida por la experiencia extrema que supuso el confinamiento
La situación psicológica de muchos niños y adolescentes se ha visto influida por la experiencia extrema que supuso el confinamiento EP

No son pocos los organismos, instituciones y expertos que están alertando sobre el incremento de los problemas de salud mental entre los niños y jóvenes, que van desde el malestar emocional (con cuadros como depresión o ansiedad, que afecta al 40% de esta población) hasta manifestaciones mucho más preocupantes, que en el 10-15% de los casos alcanza la ideación y/o los intentos de suicidio.

Ante esta situación se están poniendo en marcha multitud de iniciativas para tratar de reducir estas cifras y atajar el problema. La Comisión Europea ha instado a los gobiernos a que lleven a cabo campañas de sensibilización para “desestigmatizar” la salud mental y concienciar a los pacientes a pedir ayuda, centrándose especialmente en la protección de los más vulnerables, como son los niños y los jóvenes.

En España, el Ministerio de Sanidad anunció para finales de este mes un chat del 024 de atención a la conducta suicida para acercar más el servicio a jóvenes y adolescentes, ya que 1 de cada 4 usuarios del teléfono tiene menos de 30 años. Al mismo tiempo, se van a ampliar las plazas de la especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, y que de las 30 de la última convocatoria de Formación Sanitaria Especializada pasará a tener 67.

Por primera vez a lo largo de su andadura, el teléfono de ayuda de la Fundación ANAR (900 20 20 10) a niños y adolescentes en riesgo vio cómo en 2022 el principal motivo de las llamadas se desplazó desde los diversos tipos de violencia a los problemas de salud mental (un 45%), que “han aumentado exponencialmente en los últimos años”, afirma Diana Díaz, psicóloga responsable de las Líneas de Ayuda ANAR. Sin embargo, “solo el 44% de los jóvenes han recibido ayuda profesional para su problema”, señala.

Pero, ¿qué explicaciones hay para este aumento tan significativo de esta problemática en los menores? Para esta experta hay dos razones que destacan sobre las demás. La primera de ellas es el crecimiento del uso de las tecnologías entre los niños y adolescentes, “que ha aumentado los riesgos” en este sentido “con un efecto amplificador claro en salud mental”. Diana Díaz explica que, por ejemplo, en este momento hay gran cantidad de chat sobre depresión a los que se accede fácilmente, donde se entra en contacto con otros jóvenes y pueden “reforzar sus ideas”, como las autolesiones, la ideación suicida o los métodos para llevar a cabo estas prácticas. “Obtienen mucha información de forma muy descontrolada”, con lo que la consecuencia es clara: se refuerzan las problemáticas. Las tecnologías influyen asimismo en otro aspecto importante: el de la propia imagen y los complejos, íntimamente relacionados con la autoestima. En este sentido, a los adolescentes les genera frustración los estándares “imposibles de obtener” que se difunden en redes sociales, por ejemplo en los modelos de ropa, y que ven en su día a día, “lo que les genera frustración” hacia su propia imagen.

El otro aspecto más referido por los jóvenes en sus llamadas es la denominada “soledad acompañada”. “Puede tratarse de una familia sana”, explica Diana Díaz, pero que luego no es capaz de satisfacer las demandas del día a día de los jóvenes, con adultos, por ejemplo, que también están centrados en las tecnologías. En ocasiones, esos problemas que manifiestan los jóvenes “pueden parecer subjetivos” a ojos de los padres, “pero no hay que bajar la guardia”, señala. “Para nosotros puede resultar algo fácil de resolver, pero para ellos un sufrimiento”. Ante esta situación recomienda tener muy presente “la comunicación, el diálogo, y validar las emociones”.

Aprovechar la tecnología

Para tratar de escuchar qué tienen que decir los jóvenes, tratar de entender qué les sucede y construir nuevos modos de acercamiento, la Fundación Manantial ha puesto en marcha #Rayadas, una campaña innovadora para cuidar la salud mental de los jóvenes en la escuela. Su principal objetivo es que puedan hacer un buen uso de las redes sociales y tener una visión crítica de la información que obtienen por internet.

Para Sara Toledano, psicóloga psicoterapeuta y portavoz de la Fundación, “el sistema educativo es clave para la promoción de la salud mental, ya que es donde los jóvenes pasan la mayor parte de su tiempo y aprenden no sólo contenidos académicos, sino a relacionarse, a enfrentarse a las dificultades vitales y conformar su posición en el mundo”. No obstante, para dar una respuesta a los menores con sufrimiento emocional intenso “deberíamos implicar a los responsables de ejecutar políticas públicas “ y, en el caso de los profesionales, “actualizar nuestros sistemas de atención social y sanitaria”.

Para Toledano es claro que tras la pandemia “estamos en otro escenario en lo que respecta a la salud mental”, debido a la “experiencia tan extrema que supuso el confinamiento”, y porque se mantiene “algo del tabú en torno a hablar de la vulnerabilidad y los problemas de salud mental”. Además, “vivimos en un tiempo de enorme exigencia y pocas expectativas para los jóvenes”.

Gracias a un proyecto piloto en el que han trabajado con alumnos de tres institutos de Madrid la Fundación Manantial ha creado una campaña en la red social TikTok que tiene como objetivo el uso de la tecnología para sensibilizar sobre la importancia del cuidado de la salud mental y que los chicos compartan con personas de su edad lo que han aprendido. “Para los jóvenes las redes son un aspecto más del ecosistema en el que viven, se ha desdibujado para ellos la diferencia entre estar dentro y fuera de ellas”, explica Toledano.

No obstante, las redes sociales funcionan en base a algoritmos que buscan los clicks, “crean burbujas de información y generan la exigencia, a veces desmedida, de compartir un determinado tipo de contenidos”. El proyecto #Rayadas persigue que mantengan “una visión crítica de la información que reciben en redes, medir las presiones que reciben a través de ese medio y manejar las redes de un modo equilibrado y saludable”. La campaña ha contado con el apoyo de conocidos influencers que se han prestado a colaborar, y se ha invitado a los alumnos y centros educativos a compartir los contenidos del canal de TikTok.