Seguridad alimentaria
¿Es seguro comer la piel blanca del fuet o debemos quitarla antes de comerlo?
El color blanco de la piel del fuet es un moho natural producido por las bacterias Penicillium nalgiovense
Originario de Cataluña, el fuet se ha convertido en uno de los embutidos preferidos de muchos españoles. Su delicioso sabor, unido a su forma que permite cortar pequeñas lonchas, lo convierte en un aperitivo irresistible para muchos. A menudo, es necesario retirarlo de la mesa antes de que lleguen los invitados, porque, de lo contrario, desaparece rápidamente.
Una de las dudas que suele surgir cuando tenemos delante una barra de fuet es si debemos retirar esa piel de color blanco que lo recubre antes de consumirla o si podemos comerla con seguridad. Ante la duda, muchas personas la retiran antes de echarse una de estas lonchas de fuet a la boca. Sin embargo, haciéndolo, podríamos estar perdiéndonos una parte importante de la experiencia de degustar este delicioso embutido.
¿La piel del fuet es comestible?
El fuet es un embutido curado elaborado principalmente con carne magra de cerdo curada y secada. Esta carne se mezcla con panceta picada, lo que proporciona un equilibrio ideal entre la grasa y la carne magra. La mezcla se adoba con pimienta negra y otras especias, dándole su sabor característico.
Luego, “se embute” en una tripa de intestino delgado de cerdo y se deja secar durante dos o tres semanas. Este proceso de secado contribuye a su textura firme y sabor concentrado. El color blanco de la capa que recubre el embutido es resultado del moho natural, que no solo es seguro, sino que también añade una dimensión adicional al sabor del fuet.
Este moho, que surge durante el proceso de curado, es similar al que se encuentra en otros embutidos curados como el salchichón o incluso en quesos como el brie o el camembert. El moho se distingue fácilmente al tocar la piel exterior del fuet, debido a su textura polvorienta.
Y contrario a lo que se pueda llegar a pensar, lo cierto es que este moho -producido por las bacterias Penicillium nalgiovense- no solo no es negativo para la salubridad del embutido, sino que además contribuye a ella, porque mantiene alejados a otros mohos dañinos que, de lo contrario, podrían afectar al embutido. Además, añade ese aroma tan único que asociamos con el fuet.
En cuanto a si se puede comer o no, la respuesta es un rotundo sí. Al fin y al cabo, la piel que cubre el fuet es parte del intestino del cerdo, y en cuanto a la presencia de este moho, es prueba de que el fuet ha sido curado correctamente y está listo para ser disfrutado. Otra cosa es que el sabor o la textura de la capa exterior no nos resulte atractiva. En este caso, simplemente la podemos retirar antes de consumir el fuet.
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