
Hogar
El sencillo gesto que puede evitar atascos y malos olores en las tuberías sin gastar dinero
Los problemas de desagüe suelen aparecer cuando menos se esperan, pero un pequeño hábito de mantenimiento puede mantener las tuberías limpias y funcionando todo el año

En casa, los atascos nunca avisan. Un día, el fregadero tarda más de la cuenta en tragar el agua; otro, la ducha deja una fina película de espuma a los pies. No parece grave, pero esas señales anuncian un problema que, si se ignora, puede volverse caro. Lejos de ser un asunto menor, el mantenimiento de las tuberías se ha convertido en una de las tareas domésticas más importantes (y más olvidadas) del hogar moderno.
Porque los desagües son, en realidad, el sistema circulatorio de la vivienda: invisibles cuando funcionan, pero decisivos cuando fallan. Y aunque la reacción más común es acudir al fontanero o comprar productos químicos agresivos, hay un remedio sencillo y económico que puede solucionar más de lo que parece.
¿Por qué se atascan las tuberías?
La mayoría de los atascos se producen lentamente. En la cocina, la grasa, los restos de comida o el aceite que se vierte por el fregadero se solidifican con el tiempo y forman una capa viscosa en el interior de las tuberías. En el baño, los enemigos son otros: pelos, cremas y jabones que se acumulan en los desagües del lavabo o la ducha.
El fontanero británico Aaron Adams, entrevistado por la revista Homes & Gardens, explica que la primera víctima suele ser el sifón, esa curva en forma de “U” que retiene agua y actúa como barrera frente a los gases del alcantarillado. “Esa parte está diseñada para mantener humedad, pero también se convierte en un depósito natural para residuos y bacterias”, señala.
Dejar que ese atasco crezca es abrir la puerta a olores, lentitud en el drenaje e incluso fugas. Pero actuar pronto puede evitar males mayores con un recurso al alcance de todos.
El ingrediente casero que salva las tuberías
Entre los muchos trucos domésticos que circulan por internet, uno de los más respaldados por expertos es el uso de vinagre blanco. Este producto, presente en casi todas las cocinas, tiene propiedades desinfectantes y desincrustantes, y su acidez suave ayuda a disolver depósitos orgánicos sin dañar las tuberías de PVC.
El procedimiento es tan fácil como eficaz:
- 1. Mezcla media taza de vinagre blanco con media taza de agua caliente.
- 2. Vierte la mezcla por el desagüe afectado.
- 3. Evita usar el fregadero, lavabo o ducha durante al menos cuatro o cinco horas (mejor si se deja actuar toda la noche).
- 4. A la mañana siguiente, deja correr agua caliente durante un minuto.
Este sencillo gesto puede eliminar atascos superficiales y, sobre todo, prevenir futuras obstrucciones, al disolver grasa y restos antes de que se acumulen.
Eso sí: el truco tiene sus límites. Si el agua apenas pasa, el atasco es profundo o hay burbujeo y retorno de agua sucia, la solución no será casera. En esos casos, lo más sensato es contactar con un fontanero. Los profesionales disponen de varillas, ventosas industriales y cámaras que permiten localizar el punto exacto del bloqueo sin romper las tuberías.
Además, los químicos desatascadores que se venden en supermercados pueden ser contraproducentes. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que su uso frecuente deteriora las juntas y genera gases tóxicos al mezclarse con otros productos.
El vinagre no solo limpia: también neutraliza olores. Su composición ácida elimina los residuos orgánicos que causan el típico olor a alcantarilla que sube del fregadero o la ducha. Usarlo una vez al mes, incluso sin atasco, ayuda a mantener el sistema limpio.
No obstante, conviene cierta precaución en viviendas antiguas: las tuberías metálicas, de plomo o cobre, pueden sufrir corrosión si se usa vinagre con demasiada frecuencia. En esos casos, los expertos recomiendan alternarlo con bicarbonato sódico, que tiene un efecto más suave.
Una fórmula combinada, usada por muchos fontaneros domésticos, consiste en verter dos cucharadas de bicarbonato seguidas del vinagre y dejar actuar unos minutos antes de aclarar con agua caliente.
Más allá de los remedios, lo esencial es prevenir. Evitar verter aceites o restos de comida por el fregadero, colocar rejillas que atrapen cabellos en la ducha y mantener una limpieza mensual de los desagües son hábitos simples que prolongan la vida de las instalaciones y evitan gastos inesperados.
✕
Accede a tu cuenta para comentar