Opinión

Todo en vacunas

Una vida saludable previene de las enfermedades, pero ahora priman también las vacunas para muchas afecciones como la gripe, la neumonía y la covid

Una enfermera vacuna a un hombre contra la gripe y la covid en Andalucía el año pasado
Una enfermera vacuna a un hombre contra la gripe y la covid en Andalucía el año pasadoMaría José LópezEuropa Press

Siempre nos ponen la miel en los labios hablándonos de pastillas milagrosas: unas para el rejuvenecimiento celular, otras que queman las calorías que hemos ingerido y, lo último, es la experimentación con una pastilla que ¡sustituye al gimnasio! Algo así como que desde el sofá, y luego de la ingesta de la mencionada píldora, nuestro cuerpo puede aparentar haber hecho todo el esfuerzo y el sacrificio que supone pasar una o dos horas al día musculando, haciendo cardio, ejercicios de fuerza y toda esa rutina que desarrollamos con muy buena voluntad en esos establecimientos llenos de potros de tortura tales como bicicletas para spinning, máquinas elípticas, cintas de correr, pesas y todo tipo de artilugios para que nuestro cuerpo esté suficientemente presentable y, sobre todo, saludable.

Sabemos que un buen ADN hace mucho, pero que los cuidados que nos propiciemos pesan mucho también, quiero decir que la materia prima no lo es todo y que el ejercicio diario, que también cuenta, no obra milagros. Una vida saludable previene de las enfermedades, pero ahora priman también las vacunas. Las hay para muchas afecciones, no sólo para la gripe, para la neumonía o para la covid en todas sus variantes y sus nuevas cepas, sino también para el herpes, el colesterol y muchas cosas más.

En España hay ya veinte mil personas centenarias y la esperanza de vida aumenta a medida que tenemos conciencia de que unos buenos autocuidados contribuyen a que sea así, y si además la investigación pone a nuestro alcance prevenir enfermedades que podrían aumentar nuestra capacidad de superarlas, mucho mejor. Hay un porcentaje alto de personas contrarias a la vacunación, pero si quienes cuidan de nuestra salud, por nuestras características particulares, las recomiendan para una u otra cosa, deberíamos tomar conciencia de que quizá deberíamos hacer caso y prevenir una revuelta a la salud que podría haberse evitado. Cuantos menos atentados contra el bienestar físico, mucho mejor.