Turismo

Vacaciones de infancia que hoy serían el mejor plan low cost

Un plan low cost que, paradójicamente, se parece mucho al lujo más difícil de pagar hoy: tiempo bien vivido

Vacaciones de infancia que hoy serían el mejor plan low cost
Vacaciones de infancia que hoy serían el mejor plan low costistock

En plena fiebre por cazar gangas y estirar el presupuesto, muchas familias miran al pasado y descubren que las vacaciones más memorables no costaban casi nada. De los bocadillos envueltos en papel de aluminio a los veranos “de pueblo”, recuperar esos planes de infancia puede ser el antídoto perfecto contra la inflación… y la nostalgia. Aquí, un itinerario para unas vacaciones asequibles con sabor a clásico.

1) El “verano de pueblo”: casa llena, cartera ligera

Dormir en la habitación que fue de los primos, comer fruta recién cogida y vivir con horarios de campanario. El coste es mínimo si hay techo familiar; el valor está en las sobremesas eternas, las partidas de cartas y los baños en el río. Si no hay pueblo, pequeños alojamientos rurales en temporada media siguen siendo competitivos.

2) Excursión de merendero

Mapa en mano (o en móvil), mesa de madera, mantel de cuadros y nevera portátil. El menú ganador: tortilla, filetes empanados, fruta y termos de café. Entre paseo, frisbee y siesta a la sombra, el gasto se reduce al combustible o un billete de tren regional.

3) Camping con tienda (o vivac legal)

Montar la tienda, contar estrellas y cocinar en hornillo sigue siendo una de las experiencias más baratas y gratificantes. Alternativas: áreas recreativas con zona de acampada controlada, bungalows compartidos o pernocta en albergues juveniles. La clave es reservar entre semana y fuera de agosto.

4) Playa de tupper, no de ticket

Sombrilla, nevera y tupper de ensalada de pasta. Cambiar chiringuito por merienda casera abarata el día sin renunciar al mar. Truco anti-gasto: aparcar lejos de la “milla de oro” y buscar calas con duchas públicas.

5) Rutas en bici “a la antigua”

La libertad infantil sobre dos ruedas vuelve como plan estrella: vías verdes, paseos marítimos y carriles fluviales. Casco, agua, kit de parches y listo. Si no hay bicicletas, muchos municipios ofrecen alquiler público a precios simbólicos.

6) Piscina municipal y cine de verano

El tándem definitivo. Entrada accesible por la tarde, bocata en el césped y película bajo las estrellas. Algunas ciudades programan funciones gratuitas en plazas y patios de colegios: basta una silla plegable.

7) Museos gratis, biblioplaya y juegos de plaza

Muchos museos tienen jornadas sin coste y actividades para peques. Las bibliotecas de verano en playa o piscina prestan libros y juegos de mesa. Y la plaza, con tiza y cuerda, sigue siendo la consola más barata.