Movilidad

De los auriculares a la carretera: la increíble suspensión de Bose que tardó dos décadas en ser una realidad

Bose, la marca que todos asociamos con auriculares con cancelación de ruido y altavoces de alta fidelidad, desarrolló en secreto una revolucionaria suspensión para coches hace más de 20 años

El NIO ET9, equipado con el nuevo sistema de suspensión
El NIO ET9, equipado con el nuevo sistema de suspensiónNIO

Cuando piensas en Bose, te vienen a la cabeza sus famosos auriculares QuietComfort o sus sistemas de sonido para el hogar y el coche. Pero lo que muchos no saben es que esta compañía, experta en audio, también se aventuró hace dos décadas en un terreno completamente diferente: el de las suspensiones de automóviles. Y no de cualquier manera, sino con una tecnología que parecía sacada de una película de ciencia ficción.

Allá por 2004, la marca mostró al mundo un primer prototipo de un sistema de suspensión controlado por ordenador, diseñado para reemplazar los amortiguadores y muelles tradicionales. ¿El resultado? Los coches equipados con esta maravilla parecían literalmente "flotar" sobre carreteras en mal estado y badenes, transmitiendo prácticamente cero sacudidas o vibraciones al conductor y los pasajeros. Las demostraciones de la época, con un Lexus LS400 modificado que incluso "salta" obstáculos, eran espectaculares.

Sin embargo, como ocurre a menudo con las tecnologías muy adelantadas a su tiempo, el sistema de Bose se consideró poco práctico y, sobre todo, demasiado caro para su implementación masiva en aquel momento. Ningún gran fabricante de coches se atrevió a adoptarlo, y la idea pareció quedar en el cajón de los inventos geniales pero inviables. Bose, finalmente, decidió escindir esta división de suspensión en una nueva empresa llamada ClearMotion, que ha seguido perfeccionando la plataforma original.

Nio y Porsche se apuntan a la "suspensión mágica" de Bose

Y aquí es donde la historia da un giro interesante. Dos décadas después, ClearMotion parece haber encontrado el momento y los socios adecuados para llevar esta tecnología a los coches de producción. La compañía está posicionando su sistema de suspensión computerizada como el futuro de la conducción, y ya hay fabricantes interesados.

El primer acuerdo confirmado es con el fabricante chino de vehículos eléctricos Nio, que planea instalar esta suspensión proactiva en su próximo buque insignia, el modelo ET9. Según las estimaciones, esto podría suponer la llegada de hasta tres millones de coches "flotantes" al mercado de los eléctricos. Nio incluso ha publicado un vídeo de demostración del sistema en acción en un ET9, y es tan impresionante como las imágenes originales de Bose.

Pero Nio no sería el único. ClearMotion también parece estar a punto de asociarse con Porsche. Se espera que la marca de lujo alemana implemente el sistema de suspensión proactiva en algunos de sus modelos insignia.

¿Cómo funciona? Del diseño original de Bose al RoadMotion de ClearMotion

Bose dedicó décadas al desarrollo de su sistema de suspensión activa, con trabajos en el software de control que se remontan incluso a 1980. El sistema original era tan efectivo que los conductores apenas sentían el movimiento del chasis del coche, siempre que el bache no superara la capacidad de recorrido del actuador (unos 20 centímetros).

La tecnología actual de ClearMotion, bautizada como CM1, no es idéntica al diseño original de Bose, pero sí su heredera directa. Se basa en un dispositivo electrohidráulico controlado por software que monitoriza y reacciona continuamente a las condiciones cambiantes de la carretera.

Pero la verdadera clave podría estar en otro sistema desarrollado por ClearMotion llamado RoadMotion. Se trata de una plataforma de mapeo de alta precisión que suministra datos a la suspensión para que esta pueda responder de forma proactiva a los baches e imperfecciones del firme.

RoadMotion es, según la compañía desarrolladora, más preciso que el GPS y puede utilizar datos recopilados previamente para generar un perfil localizado de la carretera, permitiendo al sistema afinar su respuesta cuando el vehículo vuelve a pasar por la misma ruta. Es decir, el coche "aprende" cómo es la carretera para anticiparse.

El viaje de esta tecnología ha sido largo y complejo. Lo que comenzó como un proyecto visionario en Bose, quizás demasiado adelantado para su época, ha necesitado dos décadas y una nueva empresa para madurar y encontrar su hueco en el mercado.