Vehículos inteligentes

Así de fácil es robarte el coche. En segundos

Ya no se trata solo de hackearlo o de usar los microchips en su interior. Es mucho más sencillo.

El mando automático de un automóvil Mercedes BenzPEXELS07/12/2021
El mando automático de un automóvil Mercedes BenzPEXELS07/12/2021PEXELSPEXELS

Si bien la tecnología nos ha facilitado muchísimo la vida, sobre todo en las últimas dos décadas, también ha traído una serie de amenazas que hasta ahora desconocíamos y a las cuales a menudo no sabemos cómo responder. Uno de los sectores más vulnerables en este sentido es el de los vehículos: la cantidad de microchips, sensores y conexiones y su presencia en diferentes sitios, los hace más factibles de recibir ataques. Y resulta muy fácil robarlos. En segundos.

De acuerdo con The New York Times, más de la mitad de los vehículos que se han vendido el año pasado utilizan un sistema de apertura de puertas keyless, es decir, sin llaves. Este tipo de coches no dependen de una cerradura mecánica, sino de tarjetas o “llaves” que emiten una señal de apertura o cierre. Y hay varios métodos, muy simples, para que los amigos de los ajeno se hagan con estas llaves. El primero de ellos consiste en captar las ondas que transmite la llave aún cuando no está en uso. Algo así como captar la señal wifi de una casa o un bar. Bastan unos segundos para que se lleve a cabo este proceso. Una vez captada la señal, se copia y ya tenemos la llave.

Para evitar esto hay una estrategia muy sencilla “aunque parezca una medida muy poco tecnológica, si nuestros coches no cuentan con sistemas de ciberseguridad, es aconsejable el truco de guardar las llaves en una lata metálica, para mantener el sistema aislado”, nos explica Hervé Lambert, Global Consumer Operations de Panda Security.

Otra técnica para hacerse con un coche sin llaves es colocar un inhibidor. Se trata de dispositivos más pequeños que un móvil que bloquean la señal de la llave. Cuando creemos haber cerrado el coche, las puertas quedan abiertas y cualquier puede entrar en el vehículo.

Hay una tercera opción. Se trata de un dispositivo que originalmente se utilizaba para abrir las puertas en caso de pérdida de llaves y que permite desbloquear las puertas y arrancar el motor. Si bien es necesario saber el modelo y la marca del vehículo para encargar el dispositivo específico (solo funciona con el que se haya encargado), una vez en nuestras manos basta presionar el botón para que emita una señal que el vehículo identifica como un código único y lo considera su llave.

Este dispositivo ya fue utilizado por una banda de ladrones de Reino Unido, que en octubre robaron cinco Mitsubishi Outlanders por valor de 211.207 euros, según informó la BBC.

¿Consejos para evitar este tipo de robos? Quitarles las pilas a las llaves, asegurarse que las puertas han quedado cerradas e instalar un localizador en el vehículo. Pero no todo depende del usuario. Marcas como Kia Motors, Nissan, BMW, Tesla y Honda ya han mostrado vulnerabilidades en ciberseguridad. Por ejemplo, Mercedes-Benz vio cómo se ha filtrado en Internet el código fuente de varios componentes instalados en muchas de las furgonetas del grupo. Mientras que en enero se filtraron códigos similares de Nissan. La brecha dejó al descubierto los nombres de usuario y contraseñas de administrador por defecto.

De acuerdo con un informe del Instituto Ponemon, organismo especializado en la información y educación tecnológica, el 30% de las empresas del sector, no cuenta con un equipo de ciberseguridad adecuado para gestionar su actual infraestructura de seguridad. De hecho casi 2 de cada 3 fabricantes, no realiza test en la mitad de su software, hardware y otras tecnologías implementadas en sus vehículos. Lo que reduce notablemente nuestra capacidad de acción como usuarios.

Por esta razón, Lambert señala que “es vital que se refuercen los sistemas de seguridad de los vehículos inteligentes, implementando medidas como cortafuegos y antivirus, además de software cifrado que sea inquebrantable para los ladrones”.