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De unos años a esta parte Xiaomi está haciendo las cosas muy bien. Tanto en sus móviles de gama alta, como en los de gama media. Ejemplo de esto último es el reciente modelo de la familia POCO, el X7 Pro, un smartphone con un diseño cuidado (el modelo en amarillo y negro es el que más destaca), una batería de alta gama y con una IA que quiere… Aunque no siempre puede.
Empecemos por el diseño: unos perfiles en plástico y con imitación de cristal, los bordes rectos facilitan un agarre adecuado, de las manos, pero también de las huellas: la funda que viene por defecto es una buena medida. Aunque se pierde el diseño más diferenciador. Es un dispositivo de tamaño interesante (16 x 7,5 centímetros), pero bien concebido. Ejemplo de ello es la ubicación del sensor de huella en la pantalla, muy accesible, aunque lo estemos sosteniendo con una sola mano. En cuanto a su funcionalidad, es rápido teniendo en cuenta que estamos ante un móvil de gama media (€350), mucho más que la competencia.
La pantalla AMOLED de 6,67 pulgadas destaca por su brillo (llega hasta los 3.200 nits), una muy buena calidad en lo que a resolución respecta (1,5 K) y una tasa de refresco de 120 Hz. El conjunto hace que los videojuegos y el contenido multimedia se reproduzcan de forma que se disfruta. Si a eso le sumamos un sonido también cuidado (no es excelente, pero es más que digno) compatible con tecnologías como Dolby Atmos, todo facilita la experiencia audiovisual.
De cerebro vamos justos: un MediaTek Dimensity 8400 Ultra, memoria RAM de hasta 12 GB y almacenamiento de hasta 512 GB. Aquí resulta obvio que estamos ante un gama media: el móvil a veces se sobrecalienta si lo sometemos a tareas múltiples. Por suerte la batería (6.000 mAh) compensa por ello. Esto no significa que el microchip no rinda, pero se nota que no estamos ante un gama alta y la batería lo suple. Esto permite tener varias aplicaciones abiertas y aprovecharse de la tarjeta gráfica para juegos exigentes.
La estrella de HyperOS 2, la capa de software propia del POCO X7 Pro es la inteligencia artificial. Teniendo en cuenta las limitaciones del microchip, las tareas que desempeña, las pasa de sobra. Nos permite editar fotografías (por ejemplo, ampliar imágenes o remover personas y objetos), transcribir grabaciones de modo sorprendentemente bien y también resumir textos.
Dicho esto, la IA no es la estrella de este modelo. Es un móvil que no destaca por nada en particular, pero es “rentable” en todos sus apartados, un seguro en pocas palabras. Y eso también se ve en la fotografía: dos cámaras traseras (de 50 MP y 8 MP) y una frontal de 20 MP. Destaca mucho en retratos (probablemente gracias a una apertura de 1,5 que le da mucha luminosidad), no tanto en paisajes con el gran angular (la lente de 8 MP). De noche, aprueba con solvencia, que no excelencia.
Finalmente, la batería. Si tuviera el cargador incluido (hasta 90 W de carga) sería un caramelo muy dulce, pero también hay que conceder que casi todo el mundo ya tiene en su casa un cargador que esté por encima de los 65 W. Dicho esto, no podemos evaluar la velocidad de carga, ya que dependerá directamente del cargador que utilicemos. Dicho esto, Xiaomi ha hecho un muy buen trabajo en el desarrollo del algoritmo de carga que facilita extraer el máximo de cualquier cargador con el objetivo de acelerar el proceso de “llenado de tanque”.
Veredicto:
Solvente, seguro, sencillo, bien diseñado, con excelente batería, buen uso de los recursos de IA, pantalla muy adecuada y, por este precio, hay pocos que puedan competir.