
Neurociencias
Un hombre paralítico vuela un dron gracias a un implante cerebral
El dispositivo registra continuamente la actividad eléctrica de las células nerviosas del cerebro y fue diseñado a petición del paciente.

De cara a las noticias virales, Elon Musk sentó precedentes con sus implantes cerebrales, como Neuralink, pero los científicos siguen trabajando en la interfaz cerebro-máquina y ahora han dado un paso de gigante. Un equipo de científicos de la Universidad de Michigan ha desarrollado un dispositivo que permite a un hombre de 69 años con parálisis volar un dron virtual utilizando únicamente sus pensamientos.
La interfaz cerebro-ordenador (BCI) descifró la actividad cerebral del hombre mientras imaginaba mover tres grupos de dedos en tiempo real. El avance ofrece la esperanza de que las BCI puedan algún día ayudar a las personas con parálisis a realizar una gama más amplia de actividades, como escribir a máquina o jugar a videojuegos complejos.
“Hay muchas cosas que disfrutamos o hacemos como humanos en las que utilizamos múltiples movimientos de dedos individualizados, como escribir a máquina, coser o tocar un instrumento musical – explica el coautor del estudio, Matthew Willsey, en un comunicado -. En eso se centra esta línea de trabajo, en cómo posibilitamos el control de varias cosas al mismo tiempo".
En el estudio, publicado en la revista Nature Medicine, el equipo de Willsey explica cómo desarrollaron un implante cerebral para permitir que el participante pudiera volar un dron a petición propia. Para ello, implantaron el dispositivo en la región cerebral del giro precentral izquierdo del paciente, el área responsable del control del movimiento de la mano.
El dispositivo registra continuamente la actividad eléctrica de las células nerviosas del cerebro, especialmente los patrones vinculados a movimientos físicos complejos.
El estudio se inspiró en la propia petición del participante de utilizar una BCI para volar un dron. Les dijo a los investigadores que controlar el objeto virtual era como tocar un instrumento musical. "Volarlo son pequeños movimientos delicados a partir de una línea media, un poco hacia arriba, un poco hacia abajo", explicó el propio voluntario.
Los científicos registraron el patrón de actividad de las células nerviosas del participante mientras observaba una mano virtual que realizaba varios movimientos. Luego utilizaron algoritmos de inteligencia artificial para identificar las señales cerebrales vinculadas específicamente a movimientos específicos de los dedos.
Estas señales podrían guiar al sistema de IA para predecir con precisión los movimientos de los dedos previstos por el participante. Con esta información permitieron al participante controlar tres grupos de dedos distintos, incluidos movimientos bidimensionales del pulgar, en una mano virtual. Los resultados mostraron que este nivel de precisión y libertad de movimiento no había sido posible anteriormente.
Más tardes, utilizaron la aplicación del control virtual de los dedos a un videojuego de cuadricóptero. Los movimientos de los dedos decodificados por el implante cerebral se programaron para controlar la velocidad y la dirección de un cuadricóptero en el juego. El implante permitió al hombre pilotar el dron a través de múltiples obstáculos, incluso atravesando anillos que aparecían aleatoriamente en el juego.
“Este enfoque de utilizar el control motor fino para videojuegos controlados por iBCI puede satisfacer necesidades no satisfechas de las personas con parálisis”, explica el estudio.
Este último avance podría conducir a mejores implantes que ayuden a las personas paralizadas a mover los cursores en la pantalla, allanando el camino para funciones en línea más avanzadas como el correo electrónico, el acceso a publicaciones en las redes sociales o la transmisión de programas.
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