Una IA escribe la Biblia, con nuevas normas

Con las inteligencias artificiales a plena producción, generando imágenes, textos y hasta piezas musicales, era obvio que en algún momento alguien iba a pensar en diseñar una que escribiera el libro más famoso: la Biblia. Y lo han hecho.

El hombre detrás de este proyecto es George Davila Durendal, ingeniero de la Universidad de Stanford, introdujo el texto completo de la Biblia Rey Jacobo en los algoritmos de una IA a la que denominó Jesús. El objetivo era que produjera versos en el estilo bíblico. Durendal señaló que la IA aprendió y absorbió "cada palabra más a fondo que todos los monjes de todos los monasterios que jamás hayan existido” y produjo pasajes, con un total de más de 30.000 palabras... bastantes menos que las más de 700.000 de la Biblia original.

Durendal programó a AI Jesús para que escribiera pasajes sobre tres temas: La peste, César y El fin de los días. El resultado inicial no fue tan fluido como en el original.

Porque yo llenaré la tierra que el Señor tu Dios te ha dado para comer la fuerza del Señor de los ejércitos", sugirió AI Jesús. "Poderoso y piadoso, y he mandado a los hijos del mundo, y pondré mi rostro contra ti, y tú serás llamado pueblo.

Tras el primer resultado Durendal reconoció que su IA era un poco abstracta en algunos puntos y contenía una serie de errores gramaticales. Para remediar esos problemas se modificó su código y le dieron nuevas instrucciones, esta vez basadas en tres nuevos temas para exponer: "Sangre", "Griegos" y "Sabiduría".

Al ajustar algunos parámetros de su programa, generó texto que contenía menos errores. Llegó el profeta Jeremías, y dijo: Yo soy Jehová tu Dios, que me ha mostrado mar de Galilea. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios, y sus siervos las promesas del Señor Jesucristo, y del Señor Jesucristo, para que seáis llenos del espíritu de la palabra de verdad.

"Esta compensación – concluye Durendal – es una característica de los modelos de lenguaje de IA. Puede tener un modelo más interesante que se tome libertades artísticas y produzca algunos fallos. O puede tener una escritura más mundana y técnicamente más competente. Pero no ambos”. Lo que queda claro es que falta poco para que alguien se atreva a pasar la Biblia por un programa que determine si fue escrita por humanos o por una IA.