Biotecnología

Kombucha, el “superalimento” que ahora se usa para microchips

Sería posible gracias a su capacidad para conducir electricidad.

La kombucha es una bebida que se elabora a base de té endulzado que es fermentado por una mezcla de microorganismos
La kombucha es una bebida que se elabora a base de té endulzado que es fermentado por una mezcla de microorganismosDreamstimeDreamstime

Los avances en microchips y sus soportes electrónicos son fundamentales para enfrentarnos a la mítica barrera de los nanómetros: a medida que se acumulan más y más transistores en un microchip, el espacio se reduce y hay que encontrar nuevas opciones. Y una de ellas puede ser la kombucha.

Un equipo de ingenieros informáticos y de materiales de la Universidad de Cornell ha probado la posibilidad de utilizar kombucha para fabricar placas de circuitos electrónicos. La kombucha, también conocida como hongo manchú, es una bebida fermentada que se obtiene a base de té endulzado fermentado por la acción de diferentes microorganismos como bacterias y levaduras y se deja reposar durante un par de semanas. La particularidad de esta bebida es que la fermentación da como resultado la creación de un segundo grupo de microorganismos, algo similar a lo que ocurre con ciertos tipos de panes que se hacen con masa fermentada .

Estos microorganismos tienen otros usos aparte de la famosa bebida. Es una masa de fibra de celulosa que, si se seca, el producto resultante se puede usar para hacer una especie de tela. Los autores del estudio, liderados por Andrew Adamatzky, descubrieron que las esteras también podrían usarse para crear lo que describen como esteras vivas de kombucha capaces de conducir electricidad y se preguntaron si podrían secarse y usarse como respaldo para placas de circuito en dispositivos portátiles.

Para probar esta posibilidad, el equipo compraron varias muestras de kombucha y las usaron para cultivar sus propias “placas” con los microorganismos de la bebida. Las secaron y al testarlas para la nueva función vieron que no solo eran estables, también mantenían su forma cuando se calentaban a temperaturas de hasta 200 grados centígrados.

El siguiente paso fue utilizar los microorganismos de la kombucha para imprimir circuitos a través de una impresora de chorro de aerosol. También los probaron usando una impresora 3D. Los resultados mostraron que ambos enfoques funcionaron como esperaban. Incluso podían conectar luces LED a las placas de circuito y se encendían. La conclusión es que si bien se requieren más pruebas, parece que las placas de kombucha son una opción viable para crear dispositivos electrónicos portátiles.