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El gadget del sábado: LG Tone Free T90S, madera de estrella

Los primeros auriculares inalámbricos con Dolby Atmos, incluyen también una membrana de grafeno, luz ultravioleta anti bactericida, excelente cancelación de sonido… ¿Qué les falta?

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Muy buen detalle el de las almohadillas y la luz UV contra las bacterias. J.S.J.S.

Uno de los personajes principales de Ratatouille, Anton Ego, afirmaba que las malas críticas son muy divertidas. Y es cierto, pero solo se disfrutan mientras se escriben o cuando se leen. Pero cuando se trabaja sobre el producto (sea una comida, una obra de arte o un dispositivo), si este es malo, se sufre. En el sector del audio, en particular con relación a auriculares, muy pocas veces podemos disfrutar de ambas: que probar el dispositivo sea tan interesante como escribir sobre él. Recientemente LG ha presentado sus nuevos auriculares inalámbricos Tone Free T90S y resulta que sí reúnen ambas condiciones.

Lo primero que llama la atención es el tamaño: su estuche de carga es minimalista en todos los sentidos: pocas florituras de diseño y de dimensiones casi exiguas, solo lo imprescindible. Que en este caso significa la estación de carga (que puede alimentarse por cable o de modo inalámbrico), una luz interior ultravioleta (destinada a cargarse el 99% de las bacterias en 5 minutos) y un pequeño interruptor con uno de los trucos más interesantes del mercado (y del que ya hablaremos).

El estuche aporta un total de 36 horas de carga y, con la cancelación de ruido desactivada, tenemos un total de 9 horas y unos 10 minutos en su “cueva” dan para al menos dos horas de reproducción. Eso sí, para cargarse por completo, el estuche necesita al menos dos horas y ese es quizás el mayor “pero” que le podemos señalar a los Tone Free T90: su autonomía.

En lo que a los cascos propiamente respecta, estamos nuevamente ante la opción minimalista: menos de seis gramos, nada de bastones ni agregados externos. Pese a ello, se sujetan perfectamente en el oído gracias a su buen diseño y a tres tamaños disponibles de almohadillas incluidos. Abrimos paréntesis: las almohadillas de silicona no son abiertas como en la mayoría de los casos. Tienen un círculo adicional y una suerte de cruz (ver en la imagen principal) que evita que se acumule la cera del oído, una costumbre frecuente en la mayoría de los auriculares de este tipo). Y, ya que estamos con la imagen principal, la luz azul que puede verse en el interior del estuche, es la mencionada luz ultravioleta). Cerramos paréntesis.

Uno de los detalles más interesantes de este modelo de LG es que en su estuche cuenta con un pequeño “interruptor” y su utilidad es digna de imitar. Los auriculares vienen con dos cables diferentes: los habituales para cargar y unos con un extremo de 3,5 mm y en otro un USB tipo C. Este cable es el que permite el truco. Si vamos en un avión o estamos en un gimnasio con una bicicleta estacionaria con pantalla, puede que en ningún caso podamos conectar unos auriculares bluetooth a la pantalla del avión o del gimnasio. Con este cable sí se puede. Conectamos el extremo de 3,5 mm a la pantalla y el otro al estuche de carga y pulsamos el interruptor. Los cascos se conectan automáticamente a la pantalla. Esto, que parece tan sencillo, no es habitual, y se agradece mucho a la hora de viajar o hacer ejercicio.

Finalmente, vamos con lo importante: la calidad de sonido. Si encontramos la almohadilla adecuada, está a la altura de los inalámbricos más competentes del momento. Soportan extremadamente bien los volúmenes altos, se aprovechan del audio 3D para adaptarse al movimiento de nuestra cabeza y aportan una sensación de “lógica auditiva” muy interesante: el sonido nos llega desde donde corresponde, aunque giremos la cabeza. Y esto se percibe muy claramente. A eso hay que sumarle que son compatibles con la tecnología de sonido envolvente Dolby Atmos, los primeros en su categoría.

También son pioneros en el uso del grafeno en las membranas. ¿Qué significa esto? Las membranas en los auriculares son las responsables de crear las ondas de sonido. Al ser de grafeno, son mucho más ligeras (les resulta más “fácil” ampliar su rango de movimiento y sensibilidad) y duran mucho más. En pocas palabras: el grafeno aquí tiene sentido.

La cancelación de ruido (nuevamente importante encontrar el tamaño de almohadillas adecuado) funciona muy bien. Aun en entornos exigentes como metros o aviones. No nos aísla por completo, como unos cascos over-ear, pero sí compiten de tú a tú con marcas más consolidadas como Sony o Audio-Technica. Esto en gran parte se debe al algoritmo propio y también a la eficacia y al tamaño de los micrófonos, visibles a simple vista y que captan el sonido exterior para bloquearlo.

A estos se les suma otro micrófono, apenas un agujerillo de nada, que se esconde en la parte inferior de los cascos. Este nos permite hablar “en secreto” con alguien si estamos en una llamada, sin necesidad de gritar. Tienen una sensibilidad más alta de la esperada y aíslan la voz del entorno, para que llegue muy clara. Han sido una sorpresa en este apartado.

Otro detalle importante es que pueden conectarse con hasta cinco dispositivos distintos y con dos simultáneamente, un punto a favor para no tener que estar reconfigurando todo cada vez que salimos de la Tablet y vamos al móvil o al portátil. Y más aún si queremos compartir el audio mientras recibimos una llamada. Los LG Tone Free T90S están disponibles en blanco y negro por € 228.

Veredicto: punto en contra para la autonomía. Si la carga fuera algo más rápida, rozarían el 10. El precio… Es alto, pero no para el sector en el que están si hablamos de calidad de sonido y prestaciones adicionales y poco vistas. El resto de los apartados, los pasa con matrícula.