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SCL GROUP, la «madre» británica de Cambridge Analytica

Las investigaciones vinculan a la empresa británica con altos cargos del Gobierno presidido por Theresa May

Investigadores de la Oficina del Comisionado de Información británica (ICO, en inglés) registraron las oficinas de Londres de la consultora Cambridge Analytica
Investigadores de la Oficina del Comisionado de Información británica (ICO, en inglés) registraron las oficinas de Londres de la consultora Cambridge Analyticalarazon

Las investigaciones vinculan a la empresa británica con altos cargos del Gobierno presidido por Theresa May.

Analizando los «Likes» que cada día se dejan en redes sociales, los programas informáticos especializados pueden llegar a conocer a un individuo mejor incluso que su propia pareja. De ahí que recibamos publicidad «personalizada». Hasta ahora, nada ilegal. El problema es que, en campañas políticas, si el individuo no sabe de dónde proceden los mensajes y éstos están manipulados, no se puede hablar de democracia. De ahí que todo el mundo esté hablando ahora de Cambridge Analytica, la consultora de datos que, supuestamente, ayudó a ganar a Donald Trump.

La empresa es una especie de filial americana de una compañía británica llamada SCL Group. Y es ésta última la que contiene las claves para entender el gran escándalo.

Nadie sabe muy bien cuáles son sus inicios. No fue hasta 2005 cuando se registró en UK Companies House, pero cinco años antes ya aparecía mencionada en algunos reportajes.

Tras unos exitosos inicios en publicidad, SCL Group acabó centrándose en proporcionar datos, análisis y estrategias a gobiernos y organizaciones militares de todo el mundo. Según su propia web, ha trabajado en más de 60 países.

Lo que no especifican es su punto fuerte: el «Psyops» o «guerra psicológica». Tal y como explicó a «The Guardian» uno de sus ex trabajadores, «se trata de utilizar los mismos métodos que usan los militares para cambiar el sentimiento de las masas y aplicarlo en procesos electorales». En 2013 fue la primera vez que SCL Group llevó a cabo un proyecto en Trinidad utilizando este sistema informático de recopilación de datos y, entonces, el psicólogo de la Universidad de Cambridge, Aleksandr Kogan, ya colaboraba con la compañía.

El ruso-americano asegura no tener constancia de que los datos que recopiló de Facebook de manera legal para un programa académico fueron luego utilizados para la campaña de Trump. Pero sus colegas ya expresaron hace cuatro años serias preocupaciones. Es más, la universidad tuvo que contratar a un abogado externo para resolver la disputa entre los miembros del Centro de Psicometría y el psicólogo, que se unió a la facultad de Cambridge como investigador en 2012.

Todos esos complejos programas informáticos y esas masivas recogidas de datos interesaron mucho a un millonario americano llamado Robert Mercer, curiosamente, íntimo de Steve Bannon, el mismo que acabó convirtiéndose en asesor de Trump y que luego salió por la puerta de atrás de la Casa Blanca.

En 2013, el millonario crea Cambridge Analytica a modo de filial americana de SCL Group para poder trabajar en la política de EE UU. Pone como vicepresidente a Bannon, quien abandona el cargo en 2016. Las dos compañías están conectadas. Tras el escándalo, Alexander Nix fue cesado el martes como consejero delegado de Cambridge Analytica, pero nadie sabe cómo afecta esto a su puesto como consejero delegado de SCL Group.

Por otro lado, el millonario americano es amigo íntimo de Nigel Farage, el que fuera líder del UKIP, el alma mater del triunfo del Brexit. Y ahora que todo el escándalo ha salido a la luz, también surgen dudas sobre hasta qué punto Cambridge Analytica y SCL Group pudieron influir en el referéndum con el que los británicos apostaron por abandonar la UE en junio de 2016.

Vote Leave –la campaña oficial para salir de la UE– se gastó 3,9 millones de libras, más de la mitad de su presupuesto oficial, en los servicios de Aggregate IQ, la empresa responsable del software de SCL Group. Otros grupos que también pidieron el voto por el Brexit también destinaron a esta empresa 757.750 libras.

Durante la campaña, responsables de Cambridge Analytica estuvieron presentes en actos de Leave EU, campaña no oficial que pedía el Brexit, capitaneada por Farage. Pero éste asegura que, aunque hubo «contactos», no se llegó a contratar a la empresa.

Downing Street señalaba esta semana que Cambridge Analytica se había acercado al Partido Conservador con el anterior Ejecutivo para ofrecerse a trabajar con ellos, pero la oferta había sido rechazada. Sí reconocen que han trabajado con la «empresa mater», SCL Group. El portavoz de Theresa May asegura que los departamentos gubernamentales habían tenido tres contratos con la compañía británica en los últimos años, pero «The Times» ha vinculado a la empresa con funcionarios en al menos ocho ocasiones. También se ha conocido que, en 2016, Boris Johnson, ministro de Exteriores, tuvo una reunión con Alexander Nix, consejero delegado de SCL, para tratar de obtener más información sobre el equipo de Trump.

Las informaciones pueden llevar a May a una situación incómoda. Además, han salido a la luz, las buenas relaciones que tiene SCL Group con algunos de los donantes más importantes del Partido Conservador.