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A la caza de un mal inexplicable

Basada en una de las más recientes novelas de Stephen King, la serie de HBO combina intriga detectivesca y misterio sobrenatural

"El visitante"
"El visitante"larazonHBO

La cantidad de adaptaciones a la pantalla que existen de los libros de Stephen King es enorme –y crece sin parar–, pero aun así «El visitante» es distinta de todas las demás. Es un cuento de terror disfrazado de intriga detectivesca, pero también puede definirse a la inversa; según como se mire, su eje narrativo es la investigación policial de un misterio sobrenatural o bien una historia de fantasmas que transcurre a la manera de un relato procedimental. Y también es una ficción inusual por otro motivo: especialmente durante sus dos primeras horas de metraje, resulta casi insoportablemente sombría mientras nos adentra en una comunidad en proceso de descomposición.

Nada más empezar, su primer episodio nos enfrenta a la aparición del cadáver destrozado de un niño en un pueblo de Georgia. Rápidamente, un profesor y entrenador de béisbol (Jason Bateman) es arrestado en base a una serie de pruebas tan abundantes que casi resultan increíbles. Sin embargo, no tardan en aparecer otras evidencias que sitúan al sospechoso a muchos kilómetros de distancia de la escena del crimen en el momento justo en el que este tuvo lugar.

Una buena adaptación

No es extraño que, mientras desarrolla esa premisa, «El visitante» se confirme como una de las mejores adaptaciones recientes de la obra de King. Después de todo su responsable es Richard Price, que no solo es un novelista fantástico sino también guionista habitual de HBO –escribió varios episodios de «The Wire»– y por tanto conoce a la perfección las posibilidades específicas que la ficción episódica ofrece a la hora de contar historias. De hecho, a nivel tanto tonal como narrativo «El visitante» mantiene conexiones con la magnífica miniserie «The Night Of» (2016), que Price creó.

Es cierto que, a medida que la presencia maligna situada en el centro del relato se hace más patente y la ambigüedad inicial se diluye, va quedando en evidencia que Price se siente menos cómodo en el ámbito de fenómenos inexplicables que explorando cuanto de aterrador tienen el sistema judicial y la condición humana misma. Y que por momentos se hace difícil seguir la historia, tanto por la constante adición de información sobre otros crímenes y otros personajes como por todas esas escenas que se desarrollan en condiciones cercanas a la oscuridad total. Esa falta de luz acaba restando impacto dramático a momentos que de otro modo resultarían genuinamente pavorosos.

Cada vez que la acción parece a punto de estancarse o alguna de las líneas narrativas corre el riesgo de extraviarse, eso sí, Price se las arregla para aumentar la tensión e introducir algún inteligente giro argumental. Y en todo momento saca el máximo provecho del formato -10 horas dan mucho de sí-, tomándose su tiempo para construir personajes y crear atmósferas con el mismo cuidado con el que lo hace King, y para transmitir en el proceso el tipo de sensación de ansiedad y desesperación que penetra bajo la piel del espectador y se le queda incrustada entre los huesos.

Dónde: HBO.

Cuándo: desde el 13 de enero.

Por qué hay que verla/ por qué no: porque no es frecuente encontrarse con una adaptación de la obra de Stephen King que valga la pena.

El mayor acierto: la paciencia que su guionista, Richard Price, se toma a la hora de desarrollar a los personajes y construir estados de ánimo.

Si le gusta también puede ver... «The Night Of», «True Detective», y otras adaptaciones de historias de King como «Castle Rock» y «Mr. Mercedes».

El dato: además de coprotagonizarla, el actor Jason Bateman ha dirigido dos de los episodios de la serie.