Televisión

Crítica de «Homecoming» (T2): menos de lo mismo

En su segunda temporada, la serie de Amazon Prime Video no exhibe prácticamente ninguno de los rasgos que la hicieron brillar durante la primera

Janelle Monáe, cantante, actriz y protagonista de la segunda temporada de «Home- coming»
Janelle Monáe, cantante, actriz y protagonista de la segunda temporada de «Home- coming»Ali GoldsteinAli Goldstein/Amazon Studios

En el mundo de la ficción televisiva, como en absolutamente todo, hay que saber parar a tiempo; pero no es fácil, a juzgar por todas esas series que se prolongan y se contorsionan más de lo aconsejable con el objetivo de repetir éxitos pasados. Una de ellas es «Homecoming». Su magnífica primera temporada, homenaje a los thrillers conspiranoicos de los años 70 centrado en una instalación secreta del gobierno donde se suministran drogas a soldados para curar su trastorno de estrés postraumático, basó su éxito tanto en la química compartida en pantalla por Julia Roberts y Stephan James como –sobre todo– en la dirección de Sam Esmail, prodigiosa en su combinación del ritmo narrativo paciente, las referencias cinematográficas y las virguerías formales para generar atmósfera.

En la segunda temporada no hay rastro de Roberts ni de Esmail, y la participación de James es secundaria; y es inevitable dar por hecho que esas ausencias son parte del motivo por el que desaprovecha como lo hace la oportunidad de expandir el universo diseñado por la primera. En cambio, se contenta con funcionar como un mero epílogo. En su mayor parte se dedica a atar los cabos que aquella tanda inicial de episodios había dejado sueltos y proporcionarnos respuestas que no habíamos pedido, y en el proceso ningunea las reflexiones sobre asuntos como la memoria y el trauma que inicialmente aportaron a la serie buena parte de su miga; como resultado, «Homecoming» ha quedado convertida en otra ficción más sobre la avaricia corporativa y los peligros de la tecnología.

A lo largo de sus escuetas tres horas de duración, la nueva temporada ofrece un pequeño misterio, un conjunto de piezas de rompecabezas que debemos encajar sin necesidad de hacer inversión emocional alguna. Frente a los continuos saltos atrás y adelante en el tiempo que efectuaba su predecesora –y que tan efectivos resultaban para generar una sensación de paranoia y amenaza–, ofrece una narración mayormente lineal. El nuevo director, Kyle Patrick Alvarez, reutiliza algunos de los trucos estéticos manejados en su día por Esmail –pantallas partidas, panorámicas a vista de pájaro, agresivos «zoom» y cambios de foco–, pero no logra sacarles el mismo partido ni en el aspecto visual ni en el dramático.

El relato arranca fijando su mirada en una mujer (Janelle Monáe) que despierta flotando en medio de un lago a bordo de un viejo bote. Inmediatamente vislumbra a alguien en la orilla pero, en cuanto le pide ayuda a gritos, la presencia huye. La joven parece sufrir amnesia. Su carné de identidad dice que se llama Jacqueline y es una veterana de guerra, y poco después descubrimos que quizá sea una drogadicta, y que su vida tal vez corra peligro. Una vez introducidas esas y otras preguntas sobre su identidad en el primer episodio, los seis restantes se dedican a contestarlas de forma limpia y mecánica. Cada pequeño detalle es un enigma, pero contemplar cómo van planteándose y resolviéndose no tiene efecto acumulativo alguno porque las respuestas no son portales de acceso a más cuestiones o revelaciones aún mayores. Los personajes permanecen insuficientemente desarrollados y, en general, todas las asperezas narrativas que garantizaron a la primera temporada un lugar entre las mejores ficciones televisivas de 2018 han sido limadas para convertir «Homecoming» en un relato perfectamente solvente y del todo olvidable. Tan solo una serie más o, peor aún, una serie menos.

Por qué hay que verla, o por qué no: Porque ofrece respuestas a las preguntas que la serie dejó sin contestar en la primera temporada... Aunque realmente no hiciera falta.
El mayor acierto: El trabajo de la actriz y cantante Janelle Monáe, capaz de dotar de magnetismo un personaje carente de personalidad.
Si le gusta también puede ver... series como “Mr. Robot”, “Rubicón” y “Treadstone”, y películas como “El mensajero del miedo” y “Los tres días del Cóndor”.
El dato: En esta segunda temporada, “Homecoming” se desvía del podcast que le sirvió de inspiración en la primera.