Confesiones
Pablo Motos: “Me he arruinado dos veces en mi vida”
Una estafa y una inversión en Bolsa le hicieron empezar de nuevo al presentador de “El Hormiguero”
Fue con el youtuber Ricardo Moya con quien Pablo Motos se sentó hablar en un tono muy distendido en “El sentido de la birra”. Y así, entre cerveza y cerveza, el presentador del exitoso programa de Antena 3“El Hormiguero” fue desgranando aciertos y fracasos de su vida que le habían llevado hasta ahí.
Ahora conocemos a un Pablo Motos en la cresta de la ola, como conductor de un programa que lleva quince años de emisión y líder de audiencia, todo un logro, pero no hay camino sin espinas y de la misma manera que habló de esta relación que tiene con Will Smith y que estuvieron a punto de montar una empresa y vender el formato de “El Hormiguero” a América, también pasó por aquellos momentos en los que las cosas no salieron tan bien.
“Me he arruinado dos veces”, no dudó en decir. La primera ocurrió antes de hacerse conocido. Se dio cuenta de lo “fácil” que es perder todo y tener que volver a empezar de cero. La primera de ellas ocurrió en los comienzos de su carrera profesional en los medios. Motos llevaba un tiempo trabajando en Onda Cero radio cuando se topó con un “estafador” que le animó a hacer publicidad sobre unos chicles adelgazantes. “Es una historia muy turbia”, decía antes de entrar de lleno en la historia. Al parecer el personaje en cuestión se llevó lo suyo mientras que la gente que usaba el producto empezó a tener problemas como taquicardias y todo esto salió en la Prensa. “El tío desapareció, era un estafador profesional. Hasta el nombre era falso”, recuerda.
La historia no era tan sencilla, porque el presentador de “El Hormiguero” había firmado con él un contrato por unos treinta millones de pesetas, de los cuáles realmente él cobrara al mes el equivalente a seiscientos euros. “Empecé a hacer la publicidad y a ganar 12 mil euros. Firmé una serie de cosas y yo estaba en la mierda. Lo pasé francamente mal”, contó.
La segunda ocasión en la que Pablo Motos lo perdió todo
La segunda vez que se arruinó fue en plena burbuja inmobiliaria. El valenciano tenía unos amigos de toda la vida que le aconsejaron invertir en bolsa porque estaban llegando a ganar 600 euros diarios. Era un caramelo de lo más apetecible. “Metí. Empecé a ganar pasta por un tubo”, dijo. Vinieron los tiempos convulsos, complicados, y de pronto la Bolsa bajó muchísimo, aun así sus amigos le recomendaron no vender. Cuando se quiso dar cuenta... “Dos horas más tarde me quedaban unos dos mil euros de los ahorros de toda mi vida. Metí todo. Me quedé sin nada otra vez”.
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