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Zenica, vivir en una prisión dentro de otra prisión

DMAX acaba de estrenar la tercera temporada de «Las peores cárceles del mundo», que parará en Brasil, Maldivas y Bosnia

Las peores cárceles de la historia
Las peores cárceles de la historiaDMAX

El programa «Encarcelados» fue uno de los primeros grandes fenómenos de laSexta. Un equipo de reporteros visitaba las estancias penitenciarias más inhumanas y peligrosas del mundo. Ahora el formato de DMAX «Las peores cárceles del mundo» acaba de estrenar su tercera temporada. Después de visitar prisiones de Egipto, Haití, Rusia, Sudáfrica y Bulgaria, en esta nueva entrega las cámaras convivirán con los reclusos de Brasil, Maldivas o Bosnia.

Precisamente, en Bosnia se detiene este programa documental en primer lugar. La prisión de Zenica es la más grande de un país que aún arrastra la huella de los conflictos de los años 90. Su prisión está preparada para controlar a criminales de guerra y los asesinos más sanguinarios. De hecho, la serie define su módulo 4 (el de mayor seguridad) como «una cárcel dentro de otra cárcel».

Este capítulo narra desde el primer momento en el que el preso pisa por primera vez la prisión -con todo el procedimiento que conlleva-, hasta los privilegios que pueden llegar a adquirir por buena conducta. Los más privilegiados pueden contar con un trabajo dentro de la prisión que les aportará 100€ al mes. Sin embargo, también hay duros castigos como celdas de aislamiento, para aquellos presos que incumplan las estrictas normas de Zenica o cometan contrabando. Por si fuera poco, las salidas al patio están más que limitadas, al igual que las visitas o videollamadas.

Esta serie también ofrece el punto de vista de los funcionarios de prisiones, quienes aseguran que «es imposible escapar de esta prisión de máxima seguridad». Sin embargo, Morgan Freeman y su programa de Canal Historia «Fugas históricas» ya demostraron que todo es posible para alguien que desea la libertad. Precisamente, la libertad y las perspectivas de futuro fuera de la prisión es una de las circunstancias que más preocupan as las instituciones penitenciarias bosnias, ya que hay un muy elevado porcentaje de reincidencia, especialmente en los ladrones, por las pocas posibilidades de instalarse de nuevo en la sociedad, tanto económicas como laborales.

Más allá de Europa

Además de Bosnia, esta nueva temporada visitará Brasil y Maldivas, dos destinos «paradisiacos» que son un infierno para vivir entre rejas. Las Maldivas son un lugar turístico ideal para millones de personas que visitan estas islas cada año para disfrutar de sus playas, aguas cristalinas y actividades al aire libre. Una forma de vida de la que no disfrutan los habitantes de la prisión local. En la cárcel de Maldivas el recuento de los prisioneros se realiza cinco veces al día. Las bandas, las drogas y la violencia son asuntos cotidianos en esta prisión donde los funcionarios tienen tolerancia cero con los presos. Todos aquellos que han intentado fugarse, han fracasado en su intento.

Algo similar ocurre en Brasil, destino idílico para muchos turistas cuya alta tasa de delincuencia convierte al país en uno de los lugares con más centros penitenciarios, con más de 800 cárceles repartidas por todo el país. «Las peores cárceles del mundo» entra en una de ellas para demostrar que, si existe el infierno en la Tierra, este podría estar tras las rejas de esta prisión de alta seguridad en la que reina el caos. Los funcionarios de este centro penitenciario temen a los presidiarios, cuya peligrosidad es equiparable o peor a la de las armas. Para proteger al resto de la sociedad de ellos, los ocho bloques que la rodean la prisión se acorazan con una valla de seis metros de altura y un muro de un metro y medio de grosor.