¿Dónde está Lucía Blix? La angustia de una madre

Una punzada en el corazón es lo que sintió Elisa Blix cuando su hija de 9 años, Lucía no volvió a casa. Primero seguimos a esta azafata de vuelos privados recorriendo el mundo, para luego llegar a su casa y disfrutar de su vida con su marido abogado, su hija mayor y el pequeño George. Esos son los personajes principales de «The Stolen Girl», la miniserie de 5 episodios que acaba de estrenar Disney+ y que encogerá el corazón de los espectadores.

Todo comienza con Elisa (Denise Gough), llegando tarde (otra vez) a buscar a su hija Lucía (Beatrice Cohen) al colegio. Allí se cruza con la directora y con otra madre, Rebecca (Holliday Grainger), que ha esperado mientras su hija Josephine (Robyn Betteridge) juega con Lucía. Pronto surge la conversación de ir invitada e incluso de quedarse a dormir (una clásica pijamada o fiesta de pijamas). La madre accede a regañadientes pero acaba acudiendo a casa de la anfitriona para comprobar que su hija está perfectamente. Pasada la hora acordada, Elisa insta a su marido Fred (Jim Sturgess) a que contacte con la familia y recoja a la niña, pero para su sorpresa al acudir a la casa, esta es un alquiler vacacional y la limpiadora les informa de que allí no vive gente desde hace semanas. Es ahí dónde los padres se dan cuenta de que su hija ha sido raptada. Empieza un periplo desde Reino Unido hacia toda Europa para recuperar a Lucía Blix.

El pasado vuelve

La ficción es una producción del mismo equipo que «Happy Valley», creada por Catherine Moulton y Eva Husson a partir de una adaptación de la novela de Alex Dahl, «Playdate». Desde el principio nos identificamos con la angustia y el fallo de una madre que se reprocha el exceso de confianza, pero que pronto verá como su matrimonio ideal también se desmorona por las circunstancias y la hilera de secretos que van a acabar saliendo a la luz. Ante la falta de pruebas de la policía, se activa el sexto sentido profesional de Selma (Ambika Mod), una periodista de una publicación online, «Dash Voice», que busca el momento de contar una gran historia, aunque eso saque de quicio a su editor, Kaleb Negasi (Michael Workéyè), que considera que se pone en peligro por no llamar a las policías encargadas del caso, la inspectora Shona Sinclair (Bronagh Waugh) y la detective Lizzie Walker (Layo-Christina Akinlude). Selma es capaz de encontrar una aguja en un pajar solo usando su portátil y su móvil, además de tener contactos en la policía local.

Pero lo que se esconde detrás de la desaparición de Lucía Blix es una historia de dos mujeres atenazadas por su pasado. Elisa teme que un error de su historia reciente vuelva para atormentarla, mientras que Rebecca es incapaz de lidiar con el dolor que le supuso un trágico accidente hace unos cinco años, y la venganza nubla su juicio. Y ambas culpas están estrechamente ligadas en un final ligeramente previsible, pero descubierto paso a paso con el tiempo adecuado para que conozcamos a fondo a cada uno de los personajes principales, sus debilidades, sus miedos, sus vergüenzas y sus inseguridades. Los espectadores pueden llegar a perderse antes que las historias confluyan y sepamos más también del hombre encarcelado que parece tener la llave para la resolución de «The Stolen Girl». Según la actriz Holliday Grainger la serie «trata sobre la fuerza y la pasión de la maternidad, sobre cómo proteger a los tuyos y sobre las consecuencias emocionales de no poder hacerlo. Es un thriller de misterio, cómo y por qué lo hizo, pero con tanto trauma y dolor a todos los niveles que nadie sale ganando». La ficción es un descubrimiento descarnado del amor maternal en todas sus facetas. La serie se ve de un salto y se antoja larga por el detalle en su descripción de los personajes y los lugares. La angustia, el miedo y la tensión tienen diálogos propios durante el metraje, lo que hace resaltar el papel de todos los actores, poniendo especial énfasis en los momentos de las madres a solas.

La ambigüedad que volverá loco al espectador

►Cuando el espectador profundice un poco en todas las historias que subyacen bajo la trama del secuestro de Lucía Blix, o las deduzcan, pronto se enfrentarán a la disyuntiva en la que equilibrar el amor de dos madres por sus hijos. ¿Cuál de las justificaciones es la más justa? Son Elisa y Rebecca igual de inocentes, ¿o igual de culpables? Incluso plantearse si el destino que les espera es lo adecuado a su desarrollo personal durante la trama; un, ellas «se lo han buscado». Para que lo sepa el espectador esto es algo que han provocado conscientemente desde el guion y lo resaltó la actriz Denise Gough en una entrevista: «Me gustaría que sus lealtades [las del espectador] cambiaran constantemente».