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Concovatoria abierta

El nuevo canal de TDT ya tiene fecha: todo lo que cambiará en la televisión española

La apertura del concurso televisivo impulsa la renovación del mapa audiovisual en España y anticipa una nueva era de contenidos con más calidad y menos espacio para la neutralidad

El Gobierno convoca el concurso público para adjudicar el nuevo canal en abierto de la TDT EUROPAPRESS

La televisión en abierto en España se prepara para un movimiento clave: el Gobierno ha puesto en marcha el concurso para adjudicar una nueva licencia nacional de TDT. A partir del 20 de octubre y hasta el 20 de noviembre, cualquier operador interesado podrá presentar su candidatura a través de la sede electrónica del Ministerio para la Transformación Digital. Una vez cerrado el plazo, el Ejecutivo tendrá un año para decidir quién se lleva el codiciado espacio.

Esta nueva licencia ocupará el hueco libre en el múltiple digital MPE5, un espectro reservado para canales con cobertura estatal. Pero no se trata solo de un canal más: el nuevo operador deberá emitir en DVB-T2, el estándar de alta eficiencia que marcará el futuro técnico de la televisión. La revolución tecnológica ya no es una opción: es una obligación.

Lo interesante es lo que se mueve en paralelo. La reorganización del espectro RGE2 y la incorporación de nuevos canales en Ultra Alta Definición (UHD) podrían reconfigurar el tablero completo. Lo que antes era una estructura fija, ahora empieza a parecerse más a un puzle en movimiento. Las piezas no solo cambian de lugar: también cambian de resolución, de discurso y de propósito.

Quince años de concesión renovables, cobertura nacional y nuevas exigencias técnicas: eso es lo que está en juego. Pero también está en juego algo más intangible: la capacidad de influir en una audiencia que, aunque fragmentada, sigue encontrando en la TDT un refugio gratuito frente al caos del streaming.

El proceso promete ser largo —la decisión no llegará antes del otoño de 2026—, pero las implicaciones serán inmediatas. Más allá de la letra pequeña del BOE, esta licitación es una oportunidad para repensar el papel de la televisión pública y privada en un ecosistema saturado de voces pero carente de verdadera pluralidad.

Mientras tanto, el sector se prepara para una carrera en la que solo uno podrá ganar, pero en la que todos los actuales operadores tendrán que adaptarse al nuevo mapa digital. En el horizonte se vislumbra una TDT más nítida, más exigente y, quizás, más polarizada. La televisión abierta está a punto de dar un paso grande. La pregunta es: ¿quién sabrá aprovecharlo?