
Crónica
Los concursantes de 'Gran Hermano 20' se autoinculpan del fracaso del reality en Telecinco: "¿Somos unos paquetes?"
Nueva expulsión y ronda masiva de nominaciones en la gala dominical de 'Gran Hermano 20', un reality fallido en el que los propios concursantes se preguntan si son ellos el problema

"¿Qué van a cortar la edición, o qué? Tía, ¿qué somos, unos paquetes?" esto soltaba Patricia, concursante de 'Gran Hermano 20' durante la señal 24 horas de un reality que efectivamente, tiene la horas contada en televisión. Jorge Javier Vázquez anunció el pasado jueves que la final de esta paupérrima edición (en cuanto audiencia se refiere) finaliza la semana que viene, justo antes de Navidad, y anoche nueva expulsión y ronda masiva de nominaciones en la gala dominical de 'Gran Hermano 20' que estuvo presentada por Ion Aramendi. El presentador confirmó que el jueves arrancará "la recta final", un anuncio que cayó como un jarro de agua fría entre concursantes que aún intentan asimilar la cancelación temprana del programa. La noche, lejos de ofrecerles un respiro, avanzó con una nueva expulsión inesperada que se comunicó justo después de que superaran la prueba semanal. Desde el plató, Aramendi conectó con la casa para advertirles de que, una vez más, el público había votado en positivo a través de la aplicación y que el que menos apoyos hubiese acumulado debía abandonar el juego esa misma noche. El ambiente se tensó cuando pidió a Joon, Edurne, Jonay y Belén que dieran un paso al frente. Finalmente, el presentador reveló el nombre de la novena expulsada: Belén. La reacción fue inmediata: lágrimas, abrazos y un intento de la gallega por reconfortar a los suyos con humor antes de marcharse en el ya célebre sidecar que conduce a los eliminados fuera de la casa en Tres Cantos.
Con el impacto aún latente, la gala prosiguió con una ronda de nominaciones marcada por el desconcierto y por el nuevo rol protagonista de Rocío, poseedora de la "tarjeta dorada". La concursante, que pudo escuchar el reparto de puntos de todos sus compañeros, tenía la misión de recomponer las cuentas finales para salvar a quien ella quisiera, un poder que generó más dudas que estrategia dentro del grupo. Al término de la votación, los nombres de Cristina, Patricia, Aquilino y Raúl encabezaban la lista de señalados, pero Rocío, pese a su confusión con los números, terminó liberando a Cristian al intuir que también estaba en riesgo. El movimiento redujo la terna de candidatos a tres: Patricia, Aquilino y Raúl.
Sin embargo, la propia Rocío contribuyó al caos al comunicar al resto de la casa que creía que había más nominados, sembrando la inquietud en una convivencia ya de por sí alterada por el ritmo frenético de expulsiones. Mientras algunos tratan de encontrarle sentido a este giro inesperado, otros, como Patricia, verbalizan lo que todos piensan: que la edición avanza a pasos forzados porque "no hay audiencia" y que el programa está siendo recortado antes de tiempo sin que nadie dentro de la casa tenga realmente claro qué les espera en los próximos días.
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