Crónica

Los concursantes de 'Supervivientes All Stars' se sacrifican por un trozo de comida en la noche más dura del concurso

Salvo Torres, el resto de participantes sucumbieron en la "mesa de las tentaciones". Además, Miri sé salvo de la expulsión

Jessica Bueno sacrifica su pelo por un trozo de hamburguesa
Jessica Bueno sacrifica su pelo por un trozo de hamburguesaTelecinco

Los concursantes de la segunda edición de 'Supervivientes All Stars'vivieron anoche la gala más dura de lo que va de concurso. Salvo Rubén Torres (cuyo sacrificio se revelará mañana jueves), todos los participantes del concurso de Mediaset realizaron una ofrenda por un pedazo de comida. La noche además terminó con la salvación de Miri Pérez-Cabrero, que consiguió el beneplácito de la audiencia y se salvó de la quema, dejando a Torres y Carlos en la cuerda floja.

Así fueron los sacrificios de los concursantes de 'Supervivientes All Stars'

Cuando el cansancio y el hambre pesan más que nunca, el concurso sorprendió a los concursantes con la temida “mesa de las tentaciones”, una dinámica que puso a prueba sus límites y su vanidad a cambio de recompensas irresistibles. La propuesta era clara: cada premio tenía un precio en forma de cambio físico. Jessica Bueno inauguró la noche con una difícil decisión: probar un plato de arroz con leche si se cortaba diez centímetros de cabello. Tentada por una maxi hamburguesa, aceptó llegar a los 25 centímetros. Laura Madrueño fue la encargada de ejecutar el corte mientras Jessica lloraba al ver caer su melena. Pero la verdadera prueba llegó cuando le ofrecieron hablar y ver a sus hijos a cambio de raparse completamente la cabeza. “¡No puedo, no puedo!”, repetía entre sollozos, resistiéndose a la tentación más emocional de todas.

Tony Spina tampoco se libró del desafío. El concursante aceptó depilarse las axilas con cera (una experiencia dolorosa pero divertida para los espectadores) a cambio de un suculento plato de pasta carbonara. No conforme, sumó otro plato al trato, accediendo a hacerse una cresta en el pelo. Carlos Alba, más reacio a cambiar su imagen, terminó cediendo. Tras seis años con su característica barba, se la cortó junto al bigote por una fuente llena de patatas fritas, nuggets y ketchup. Aunque en un primer momento rechazó raparse la cabeza a cambio de una hamburguesa gigante, terminó aceptando cuando se añadió una recompensa emocional: una llamada con su mujer.

Miri también negoció con astucia. Le ofrecieron una tarta de la abuela a cambio de cortarse el pelo, pero ella pidió algo salado. Así obtuvo una hamburguesa gigante a cambio de rebajar su melena hasta debajo de las orejas, aunque finalmente prefirió una porción más pequeña y dos trozos de tarta por unos 30 centímetros de su cabello.

Adara, por su parte, protagonizó uno de los momentos más simbólicos de la noche. Para disfrutar de un bocadillo de bacon y queso, tuvo que quemar su objeto personal, un gesto cargado de significado en la recta final del concurso. Luego, le ofrecieron más comida y una llamada con su novio si se cortaba más el pelo, pero solo accedió a rebajar diez centímetros a cambio de otro bocadillo y un trozo de tarta.

Finalmente, Rubén Torres cerró la ronda, aunque su turno llegó tan tarde que las decisiones más esperadas, incluidas las consecuencias finales de Jessica, quedaron pendientes para la próxima gala.