Entrevista

Miguel Gálvez: «Pablo Motos me dijo ‘‘tenemos que hablar’’ y me acojoné un poco»

Este científico se ha convertido en la cara visible de la sección de ciencia de «El Hormiguero», tras la baja por paternidad de Marron

Miguel Gálvez sustituye a Marron durante su baja paternal
Miguel Gálvez sustituye a Marron durante su baja paternalCortesía EL Hormiguero

Miguel Gálvez había terminado su Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones, y conseguir un trabajo en el equipo de ciencia de «El Hormiguero 3.0» también le dejaba tiempo para currar de DJ. Pero un día el dedo de Pablo Motos le señaló para sustituir a Jorge «Marron» Martín al frente en la sección diaria del programa más visto de la televisión. El resto, de lunes a jueves en el prime time de Antena 3.

Siete años ya en «El Hormiguero» en noviembre, ¿este año lo celebrará?

Sí, este año ha sido diferente.

¿Llegó a imaginar que esto podía pasar?

No me lo imaginaba ni de coña. Me lo dijo Pablo dos o tres meses antes de que Marron tuviera a su hijo. Todos sabíamos que iba a tenerlo, pero no sabíamos qué iba a pasar. Pensábamos realmente que Marrón no iba a cogerse la baja, pero claro, es obligatoria, había que hacerlo así, sí o sí. Fue una sorpresa.

¿Pablo se acercó y le dijo «Miguel, tenemos que hablar»?

Sí, me dijo «tenemos que hablar, y de primeras me acojoné un poco. Me comentó que como Marron tenían que coger la baja, que se le había ocurrido que presentara yo.

En esos casos se dice que sí, y luego se piensa.

Efectivamente

¿Cuál diría que es el verdadero reto?

Marron aparte de que lleva 17 años de experiencia presentando, es un tío super gracioso; un tío que nada más salir, antes de decir ninguna palabra, ya da alegría; expresa felicidad. A la gente le encanta Marron. Es un tío que da gusto verlo en televisión. Y, sustituyéndole no puedo intentar imitarle, porque es imposible. Marron hay uno. Entonces, esto lo tengo que llevar un poco a mi papel y la gente no está acostumbrada a ver esto. Tengo mis cosas, pero soy muy diferente a Marron. Habrá gente que esté deseando que vuelva él y lo entiendo. La parte más difícil es esa: estoy sustituyendo a una persona que tiene mucho carisma; que es el bomba; un tío que es la hostia, que la gente que ve el programa en España le quiere muchísimo. He salido muchas veces en estos años, pero no he llevado el peso de la sesión en ningún momento. No estoy acostumbrado a esto. Estoy acostumbrado a salir a que me hagan dos preguntas, contestarlas y estar tranquilo. Pero ahora, el peso de la sección lo tengo que llevar yo.

Entonces, ¿adoptó otro rol?

Claro. Imitar a Marrón es un error. Da igual quien lo sustituya. El único que podría hacer la ciencia como Marrón es Carlos Latre. Lo tengo que llevar mi personalidad.

Aparte del mensaje «calienta que sales», ¿Marron le dio algún consejo?

Tenía una preocupación de la hostia antes de que empezara mi primer día. Cuando veía que se iba acercando el momento, cada vez iba teniendo más preocupación. ¿Cómo voy a llevar esto? ¿de qué manera lo enfoco? Le preguntaba a Marron y al resto de compañeros. Marrón era como que confiaba en mí y se la «sudaba» y decía «si lo vas a hacer bien». Y le contestaba «tío, pero dime algo, coño». Y es que realmente no hay que dar una recomendación. También le preguntaba a Pablo y él me dijo que disfrute, que salga, que lo haga, que sea natural. Pero es imposible, no puedo llegar un primer día sin haber sido presentador en mi vida y bordarlo. Al final, las tablas se cogen con el tiempo y no hay otra manera de aprender.

Ni siquiera con los ensayos...

Los ensayos valen para ensayar un poco la parte práctica de la ciencia; lo que va a decir, pero incluso en los ensayos hay nervios. Cuando voy a tomar una cerveza con un amigo y cuento una historia, me sale muy diferente que si la cuento en directo con las cámaras y a un invitado que, seguramente, no conozco. Entiendo que esa soltura, la que tiene Marron a día de hoy, se coge con el tiempo. Me estoy esforzando por hacerlo lo mejor posible, pero la variable del tiempo no puedo controlarla.

¿Pablo intentó quitarle importancia?

El que más se preocupa de todo el equipo de mi actuación, soy yo. Pablo me da ánimos siempre y me da consejos: me dice que no sea tan duro conmigo mismo, que disfrute; me dice que lo estoy haciendo bien. Pero claro, soy muy crítico conmigo mismo y si un día salgo y hago cinco cosas bien y una mal, me voy a mi casa con la que he hecho mal, pensando cómo la arreglo para otro día. El resto de compañeros lo ven como que ha estado bien, sin más. Pablo en ese aspecto me está tratando con mucho cariño: sabe que me ha encargado una cosa gorda, que no soy presentador. Sabe que me ha puesto un tanque delante.

¿Y lo de mandar sobre sus compañeros?

No mando sobre los compañeros. Hacemos todos lo mismo. Es verdad que ahora mismo tengo menos tiempo para hacer el trabajo que hacía antes. Ahora llego y en vez de ponerme a montar ciencias, seguramente esté mirando la info de las ciencias de ese día y preparándomela. Te voy a poner un ejemplo: buscamos información y la información no viene con ejemplos, la información viene súper técnica y me busco la vida para explicarlo a la audiencia y a la gente que no tenga ni puta idea de física. Uso mucho tiempo en esa parte y no me queda tanto tiempo como tenía antes para hacer cosas más de abajo. Mis compañeros están currando mucho más en esa parte. Nosotros tenemos una jefa, Almu, que es la que nos organiza y lo hace de puta madre. Si no fuera por Almu, sería un desastre.

¿Ha tocado desempolvar algún libro de física?

No, teniendo internet ya no hay libros que valgan.

Ingeniero, DJ, motero..., ¿con cuál se siente identificado?

Lo que me ha definido toda la vida, desde los 14 años, es DJ. Empecé con esas edad con la música, a comprar mis vinilos, mis platos, y a pinchar. Eso es lo que me ha gustado y ha sido mi principal afición. Cuando mis colegas estaban jugando al fútbol, que yo era malísimo, estaba con la música. Tengo una moto gorda desde hace tres, cuatro años, y me gustan, pero no es mi vida. Al final, la música es lo que me ha guiado también a estudiar. Estudié Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones, la especialidad en sonido y imagen. Para trabajar en televisión y en el mundo profesional, me define más la parte ingeniero. No voy a una empresa y digo «soy DJ».

¿Qué le dicen de su trabajo?

La primera semana una locura de mensaje en Instagram de gente dándome ánimo, que eso me vino bien. Me llenaba que me mandaran mensajes, porque eran todos positivos. En cuanto a la evolución, también me han dicho que cada día se nota que voy un poco más suelto. Y es que en general los mensajes son positivos. Soy yo el más negativo. Me gusta hacer las cosas bien y si veo algo que está medio mal, me agobio. Al final llevo un mes y estoy empezando a aprender ahora a disfrutar. Salir a disfrutar. Hay dos personas, está Pablo y están los invitados; hablas con ellos y sales de una forma más natural. Antes, unos minutos antes de salir estaban mirando la info todavía para que no se me olvidara nada, y ahora no, la info la dejo de lado, me relajo y salgo a la fiesta.

Marron podría volver al programa después de Semana Santa, ¿y entonces qué?

Hasta donde sé, entiendo que esto era una sustitución y Marron vuelve a su trabajo y yo vuelvo al mío, y todo vuelve a la normalidad.

¿Puede que esta exposición te ofrezca más trabajos?

Estoy cómodo en «El Hormiguero». Es más que un trabajo: llevo siete años, los compañeros son la hostia, es una familia. No me ha llovido ninguna oferta, ni quiero que pase tampoco.

¿Y como DJ?

Me lo pregunta mucha gente: «Ahora que has salido en televisión, seguro que empiezas a hacer un montón de bolos». Y realmente no. Porque la música que hago es muy cerrada, muy underground, cero comercial. Si fuera música comercial esto sería un empujón. Pero en el mundo de esta música, no me aporta nada el haber salido en televisión.