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Entre la adicción y el dolor familiar

Movistar Plus+ acaba de estrenar "El largo río de las almas", que adapta el libro superventas de Liz Moore y está protagonizada por Amanda Seyfried

Dos hermanas, dos historias, un corazón en el centro de Filadelfia
Dos hermanas, dos historias, un corazón en el centro de FiladelfiaMovistar Plus+

Desde finales de los años 90 Estados Unidos ha sufrido lo que se ha llamado "crisis de los opioides". Todo comenzó con el lanzamiento en 1996 del analgésico adictivo OxyContin por Purdue Pharma. Los años siguientes llegan la hidrocodona, oxicodona y morfina rematada por el auge del consumo de heroína entre 2010 y 2015. Filadelfia fue una de las zonas más afectadas con 1.413 muertes en 2022 por sobredosis, un 80% por los opioides, con especial incidencia en el aumento de la prostitución en el barrio de Kensington para financiar la adicción. En este barrio patrulla la protagonista de la nueva serie que acaba de estrenar Movistar Plus+, "El largo río de las almas", ficción de ocho episodios que adapta el libro superventas de Liz Moore ("Long Bright River"), protagonizado por Amanda Seyfried, que ya tuvo un encuentro con el tema en la serie "The Dropout".

La serie se centra en dos hermanas separadas por la droga. Mickey (Seyfried) es una agente de policía del distrito 30º, que patrulla las calles de un vecindario de Filadelfia, Kensington, que sufre el impacto de la crisis de los opioides. Mickey se preocupa por su hermana Kacey (Ashleigh Cummings), una adicta que desaparece justo en el momento en que se suceden una serie de asesinatos. Obsesionada por encontrar al culpable y a Kacey antes de que sea demasiado tarde, Mickey comprende que su historia personal podría estar vinculada al caso. En un barrio lleno de gente sin techo y yonkis poblando las calles, la desesperación se apodera de la agente cuando descubre que nadie en el cuerpo salvo ella cree que se trata de asesinatos y no de sobredosis accidentales.

Además, debe hacerse cargo del pequeño Thomas, tras haberse separado de su marido Simon (Matthew Del Negro). El pequeño se encuentra en medio de la historia sin entender demasiado por qué le ha tocado esa vida. La ficción juega con los flashbacks (a veces excesivos y desordenados) que nos explican la difícil relación de ambas hermanas. Su madre murió cuando eran muy jóvenes debido a las drogas y Kacey sigue el mismo camino a pesar de intentar desengancharse gracias a la ayuda de su hermana. Cuando desiste la echa de su casa y su relación se rompe. Incluso se ubica más atrás cuando eran niñas y sobrevivían en las calles de Filadelfia y su relación era mucho más estrecha.

Acorralada y sin conseguir que la búsqueda de su hermana prospere echa mano de su excompañero de patrulla Truman Dawes (Nicholas Pinnock), de baja por una herida de bala de la que Mickey se siente culpable. El drama aborda de forma central la crisis de los opioides y sus efectos devastadores sobre familias y comunidades. La relación entre las dos hermanas, Mickey y Kacey, ambas marcadas por la adicción y la pobreza, es el eje emocional de la trama. Explora la conexión entre trauma familiar, culpa y los ciclos de desventaja social, así como la indiferencia institucional ante las víctimas más vulnerables. Además, Kensington se retrata con realismo y crudeza, con una atmósfera opresiva y demasiado auténtica en algunos casos, y transformándose en un personaje más. Algunos espectadores pueden encontrar ciertas similitudes con otras ficciones como "Mare of Easttown" y "Sharp Objects", tanto por su ambientación como por su enfoque en protagonistas femeninas complejas dentro del género policial. La parte más interesante que es la investigación transcurre demasiado lenta en algunas ocasiones, diluyéndose en tramas secundarias a veces poco relevantes.

La tensión desaparece en estas ocasiones a pesar del trabajo actoral. En él destacamos a Truman y a Mickey. El trabajo de Seyfried es uno de los puntos fuertes de la producción. Deja que el trauma y la responsabilidad familiar amarguen su personalidad y muestran su vulnerabilidad acerca de lo que pasa a su alrededor, con el consiguiente desgaste emocional y rabia contenida. Es una pena que algunos de los clichés del género se usen restando originalidad: la policía que no sigue las reglas, la familia disfuncional, el hijo precoz, el compañero leal y el amor romántico que ayuda a resolver el caso. También se usa demasiado el recurso de las pistas falsas para desviar la atención de la verdad ("Red Herrings"), confundiendo al espectador sin necesidad.

Si quitamos toda la parafernalia relacionada con la investigación personal, la relación entre las hermanas es el verdadero corazón de la serie, con un amor distorsionado por el dolor, la adicción y años de silencio. Se agradece que la serie no caiga en el moralismo o el sensacionalismo.