
Estreno
"Entrepreneurs": El sueño de la modernidad crea monstruos
Disney+ estrena hoy la nueva serie original de Rober Bodegas y Alberto Casado, creadores de «Pantomima Full», «Entrepreneurs», comedia sobre los emprendedores

La cámara de un móvil ama lo que hacen con ella Rober Bodegas y Alberto Casado, creadores de la fórmula mágica de «Pantomima Full». Prácticamente cada semana, miles de españoles se ríen con las ocurrencias de esta pareja sobre cualquier realidad social absurda. Se han reído de los emprendedores sin dos dedos de frente, de los pijos, de los ridículos vídeos de venta de casas, los «runners», el hípster de cafetería o el tertuliano habitual de los espacios televisivos. Ahora reúnen todos estos personajes y mucho más en la serie original «Entrepreneurs», que aterriza hoy en Disney+ con 10 episodios de 30 minutos.
«Entrepreneurs» es una joya de dosis cortas que, además, está dirigida por Álex de la Iglesia («30 monedas»), a cargo de los tres primeros episodios; Rodrigo Ruiz Gallardón («Santuario»), de los cuatro siguientes; y Adolfo Martínez («Pollos sin cabeza»), de los tres finales. Carolina Bang, Álex de la Iglesia y Rodrigo Ruiz Gallardón son los productores ejecutivos. La trama no puede ser más sencilla. Parodiando uno de sus propios vídeos, Gonzalo (Bodegas), hijo de Bosco, un empresario hostelero forrado (Gonzalo de Castro), publicita en redes sociales su nuevo negocio: «No Comfort Zone», el lugar «donde los sueños se hacen empresas». Se trata de una nueva empresa de «coworking» para emprendedores («Entrepreneurs», en un guiño más a la ridiculez de las cosas que suenan bien en otro idioma, como «mentoring» o «partnership»). Gonzalo puede hacer lo que quiera porque a su padre le sobra el dinero y emprende negocios una y otra vez sin éxito. Este punto es el que desespera a su hermana Julia (Aura Garrido), que sigue sin entender por qué su padre le contempla los caprichos a su hermano y no la hace a ella CEO de alguna de sus empresas millonarias. Así que llega la oportunidad de que Julia use sus cuatro másteres en MBA para intentar reflotar el último capricho del nene (tras cuatro bares y dos restaurantes), con un «boquete» de 500.000 euros.
Cameos por doquier
Pero el panorama que se encuentra la joven es desolador. Durante la presentación de la empresa, toca los músculos del recepcionista; acepta kombucha gratis; descubre que hay un triste gestor, pero sin facturas que gestionar; las únicas mesas son de pin-pong; dos becarios de la «incubadora de proyectos», más perdidos que un pulpo en un garaje, asediados por cientos de consignas sin sentido, viernes de DJ y un gurú que calca el discurso de Steve Jobs en Stanford.
Hablamos de su socio y especialista en motivación con frases vacías, Jacobo (Casado), un gurú de todo lo que huela a nuevo, a fácil, a simple y por lo que cobra una auténtica pasta. «El único jefe al que le hago caso es a mí mismo; porque yo no soy una persona, yo soy un ‘entrepreneur’», dice durante una charla motivacional en la que convierte cualquier idea en una nueva empresa con un único empleado y CEO. Completan el reparto Victoria Martín como Cris; Luis Bermejo, como Luis el contable; Aníbal Gómez como Pep; Lalo Tenorio como Lambo; Juan Grandinetti como Nico; Kimberley Tell; Luna Zuazu; Judith Fernández como Gala; Óscar Ortuño como Guille; David Comrie como Ramsés; María Pascual como Chelo; Marta Guerras como Candela y Santi Alverú como Álvaro, entre otros. Actores que se meten en la piel de fracasados en fotografía, representación de creadores de contenido o coaches. Por si fuera poco el aporte de los personajes protagonistas, la serie cuenta con unos cameos de altura, como el de Secun de la Rosa, que interpreta a un aburrido trabajador de oficina; Andreu Buenafuente, como mentor mediático; Ignatius Farray, de «coach espiritual», Pablo Chiapella, como inversor frustrado; Eva Soriano, como «experta en coworking»; Vicco, Arturo Valls, Marta Hazas, Silvia Abril.
Es uno de los becarios el que mejor define lo que intenta contarnos la serie, que califica a los «Entrepreneurs» de «adultos intentando monetizar un hobbie». La serie es fugaz y muy divertida y para aquellos espectadores fanáticos del humor de «Pantomima Full»: fresco, directo y doloroso. Es ideal para verlo en pequeñas dosis, porque algún capítulo se estira más de sí. Un auténtico ejercicio de comedia social que nos hace mucha falta para desengancharnos de la crispación.
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