
Estreno
«Stranger Things»: Hawkins declara la guerra a Vecna
Netflix estrena la primera de las tres entregas que pondrá el final a la serie creada por los hermanos Duffer en 2016

«No pararemos hasta estar seguros de que ese cabronazo chato y arrugado está muerto y enterrado y no vuelva nunca más» es una frase de Will Byers que define a la perfección el final que llevamos mereciendo desde el 15 de julio de 2016. En esa fecha, Netflix lanzaba la que es una de sus mejores creaciones, «Stranger Things», la serie de culto en vida creada por Matt y Ross Duffer, y que, tras nueve años y cinco temporadas, estrenará sus últimos episodios en tres partes. Cuatro episodios ya se han estrenado esta madrugada, otros tres el 25 de diciembre y el que hace el octavo, el último día del año.
Contemplemos qué pasa en Hawkins en el otoño de 1987. Tras los sucesos de la cuarta temporada, el pueblo ha quedado dividido por grietas con vínculo directo con el mundo del revés, por cortesía de Vecna (Jamie Campbell Bower); Max (Sadie Sink) permanece en coma en el hospital tras estar muerta unos minutos y Once (Millie Bobby Brown) se siente derrotada en todos los sentidos. La serie continúa un tiempo después, cuando los habitantes de Hawkins han vuelto a la «normalidad», si así se puede llamar a una ciudad sitiada y vigilada por los militares. Toda la pandilla se ha puesto de acuerdo para ponerle fin al terror de una vez por todas. Mike (Finn Wolfhard), Will (Noah Schnapp), Lucas (Caleb McLaughlin), Dustin (Gaten Matarazzo), Steve (Joe Keery), Nancy (Natalia Dyer), Joyce (Winona Ryder), Jonathan (Charlie Heaton) y Robin (Maya Hawke) elaboran planes («incursiones») para rastrear cualquier indicio de que Vecna/Henry/Uno siga vivo. En otra tesitura se encuentra Once, que practica técnicas para controlar sus poderes junto a Hopper (David Harper), mientras se ocultan de la búsqueda del gobierno. Sus intentos para rastrear a demogorgons y monstruos les permiten ir mapeando el mundo del revés, infestado ahora de militares enviando camiones de suministros. Por supuesto, siguen en pie nuestros amigos Brett Gelman como Murray, ahora rey de los suministros; Priah Ferguson, en su espléndido papel de Erica Sinclair; Cara Buono, como Karen Wheeler, y Joe Chrest como su marido Ted; y el interés romántico de Robin, Vickie (Amybeth McNulty).
En este primer volumen conoceremos a la implacable general doctora Kay (Linda Hamilton), centro de muchos de los nuevos problemas a los que se enfrentará la pandilla. En estos cuatro episodios se trata de ir cargando las pilas para lo que viene, así que la serie plantea un nuevo plan de Vecna que requerirá de cada ápice de estrategia y fuerza de los protagonistas. Hopper, con la barba más poblada en temporadas, vuelve a ser el exigente gruñón sobreprotector, mientras Once volverá a sentirse poderosa y desafiante. Ambos anhelan el fin del conflicto para poder tener un futuro juntos lejos de Hawkins. Joyce permanecerá con esos ojos de angustia constante, pero consciente de lo que está en juego, será una vez más parte activa de todo lo que se haga contra el mundo del revés. Pero el número de frentes que se abren son quizá demasiados para los jóvenes, y pronto se enfrentarán a la avanzadilla de una guerra total que se desatará y ya casi dará igual si es en un mundo, en otro o en algunos nuevos por descubrir. Es cierto que esta temporada es una de las más oscuras y sangrientas, pero es un «in crescendo» muy lento hasta que todas las piezas están colocadas sobre el tablero.
La serie sigue jugando con el espectador. Las referencias musicales y de detalles de la época, como ropa, coches o videojuegos (ese «Ghost and Goblins» de la NES), se mezclan con ese humor gamberro que caracteriza a la producción. «Abre la puerta y sé amable, a menos que sean mormones..., o demócratas», llega a decir un personaje.
Esta primera entrega coloca a los espectadores frente a una pantalla que pronto se convertirá en un apocalipsis, con puertas que esconden secretos y ejércitos preparándose para la batalla más épica de las vividas en televisión en los últimos años. Nadie puede contestar a la pregunta de si ha merecido la espera para el final que nos ofrecerá «Stranger Things», pero cada guiño, paseo en bicicleta y cada nueva revelación es un paso más en un camino que casi cumple una década. Y que conste que compensa solo por el hecho de conocer a Derek (Jake Connelly), mientras sustituye al valium con viajes astrales o dirige un «Evasión o victoria». Cosas más extrañas hemos visto en Hawkins. Pero ahora es la guerra.
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