Comunidad de Madrid

Conferencia sobre el Valor y la fiereza del Toro

En el Centro Cultural «Maestro Alonso»

De izquierda a derecha, los conferenciantes Andrés de Miguel, Yolanda Fernández Fernández-Cuesta y Roberto García Yuste.
De izquierda a derecha, los conferenciantes Andrés de Miguel, Yolanda Fernández Fernández-Cuesta y Roberto García Yuste.larazon

Un Miura guapo de nombre Escribano de 602 Kg. cárdeno claro puso fin a una largísimo Feria de San Isidro. Unas horas antes en el Centro Sociocultural «Maestro Alonso» de la Comunidad de Madrid, se reunió la Asociación del Toro, que componen los miembros mas exigentes del Tendido Siete de Las Ventas con su presidenta a la cabeza la historiadora Yolanda Fernández Fernández-Cuesta y debatieron el resultado de esta Feria, que en opinión unánime fue mejor y más entretenida que la anterior.

Yolanda pasó revista a toreros, ganaderías, presidencia, empresa, críticos y a la Comunidad de Madrid. Fue muy severa con los Presidentes que conceden orejas sin ton ni son dejándose amedrentar por el griterío, pidió asimismo la reforma del articulo 82 para condicionar la entrega de la segunda oreja ya que varios requisitos entre ellos que se ejecute correctamente la suerte de matar. Comparó la facilidad con la que se abre la Puerta Grande en Madrid con el Edicto del emperador romano Caracalla en 212 que al conceder la ciudadanía a todo el imperio dejó de tener importancia. Por lo tanto, consideró totalmente inaceptable la suerte de varas y apunto una mejoría de la de banderillas.

Entre los toreros destacó a Miguel Ángel Perera a Iván Fandiño, a Diego Urdiales, Eugenio de Mora y a Miguel Abellán. Entre las ganaderías a los Victorinos, los Adolfos, Cuadri, Fuente Ymbro y El Montecillo. Intervino después Andrés de Miguel, sociólogo y me atrevería a calificarlo de «ideólogo» del Siete. Fue rotundo como se espera de un conspicuo aficionado de este intransigente tendido. El resumen de la feria, sentenció, es fácil. Victorino y los demás. Trazó después un graffiti sombrío con un marco del cuadro que desvela una época negra en que hay unos toreros «del sistema» y unos aficionados desconocidos por la reducción de los abonados de más de veinte mil a catorce mil.

Según Andrés en el fondo de este tétrico cuadro señala a la rigidez del sistema debido al: Oligopolio de toreros a la institucionalización de la tierra de nadie y a los mediáticos y rejones, que son a su juicio las excrecencias del sistema. Decretó el fiasco de las ganaderías exigentes, que no por ello dejan de ser interesantes. Se quejó de la omnipresencia de Domecq y de la falta de alternativa y la falta también del relevo de los toreros. Subrayó, el desfase entre la prensa oficial y la utilización por los aficionados de las redes sociales. Pero como el Ave Fénix la Fiesta renace de sus cenizas mediante las pinceladas o «andresinas». Con Victorino o el elogio de la fiereza y la exigencia. Con Fandiño y Perera que no acaban de dar el puñetazo que la Fiesta requiere, para sacar los colores a los big-five, que desprecian la lidia y se centran tan solo en la muleta y el triunfalismo de las orejas fáciles. Se lamentó de la falta de seguimiento del efecto Castaño, aunque haya influido en el mayor orgullo de los banderilleros que se ha observado en esta Feria. Coincidió con Yolanda en la desastrosa suerte de varas en Madrid y su cuidado en Francia. No cabe duda que mientras existan aficionados tan apasionados como Yolanda y Andrés la Fiesta estará viva y mantendrá encendida la antorcha de la Belleza y la apoteosis de la Fiereza y del Valor.