Gran proyección de San Román y puerta grande de Juanito y Domínguez

Diego lo hizo todo, porque hizo el toreo. Y no fue fácil. El de San Pelayo resultó mirón, regalaba hachazos, soltaba la cara y se paraba a mitad de camino quizá a ninguna parte, tal vez hacia el cuerpo del torero.

Diego lo hizo todo, porque hizo el toreo. Y no fue fácil. El de San Pelayo resultó mirón, regalaba hachazos, soltaba la cara y se paraba a mitad de camino quizá a ninguna parte, tal vez hacia el cuerpo del torero. San Román lo tuvo tan claro que aguantó como si nada, como si todo. Parado, inmune a los devaneos del toro, tiró de él, tragó el miedo, tersa la muleta, impávido el cuerpo, perfecto todo, proyección del mexicano con tantísimas ganas de volver a verle. Era así la novillada matinal de Olivenza. Primera parada de temporada. San Román apunta maneras. Buenísimas. A pesar de que el quinto lo tuvo todo a contraestilo. El de Iniesta, a la espera y sin querer pasar, no le dio la menor opción ni al público el aliciente de poder verle. Tan a la contra suya como nuestra.

Carlos Domínguez nos levantó del asiento como el tercer novillo de Talavante le empotró contra las tablas en el saludo de capa. Brutal. Apostó sin mirarse, como lo haría después en dos pases cambiados por la espalda, de rodillas. Ahí lo llevas. No hay miedo. Ni miramientos. Puso toda la voluntad del mundo ante un novillo de buena condición a pesar de que le faltó una cuarta más y logró pases de suavidad, como acudía el animal al engaño. Intentó cubrir la falta de rodaje con las ganas. Noblón y de buen juego fue también el sexto de Vistalegre, con el que Domínguez volvió a tirar de voluntad y ganas. Volteretón seco al entrar a matar, y premio.

Juanito anduvo voluntarioso con el humillado pero de corto recorrido que hizo primero y a punto estuvo de sacarnos el corazón por la boca cuando fue cogido de manera espantosa por el cuarto al entrar a matar. Las peores ideas, una detrás de otra, se apelotonaron en décimas de segundo. Horror. Se salvó en honor al puro milagro y más allá de la taleguilla, que acabó desmadejada, no pareció tener nada. Anduvo enfibrado con el de El Freixo, que tuvo mucha movilidad y repetición y acabó por pasear el doble premio.

Ficha del festejo

Olivenza (Badajoz). Segunda de feria. Se lidiaron novillos de Carriquiri, humillado y de corto recorrido; SanPelayo, peligroso; Talavante, noble y bueno; El Freixo, movilidad y repetidor; Jose Luis Iniesta, a la espera y sin pasar; Vistalegre, noblón y de buen juego. Media entrada.

Juanito, de verde oliva y oro, dos pinchazos, estocada, aviso, descabello (saludos); estocada (dos orejas).

Diego San Román, de azul y oro, estocada que hace guardia, aviso, estocada (saludos); media baja, cuatro descabellos (silencio).

Carlos Domínguez, de verde y oro, dos pinchazos, estocada trasera (vuelta al ruedo); estocada tendida (dos orejas).