Alimentación consciente
¿Ayuda el ayuno intermitente a ganar masa muscular?
La abstención alimentaria es una medida eficaz para generar un déficit calórico, no un superávit, por lo que no se trata de un protocolo dietético alineado con un objetivo de ganancia de masa muscular
En los últimos años se han generado una infinidad de mitos falsos en torno al mundo del ayuno intermitente. Sin embargo, nunca se llega a definir de manera clara y concisa lo qué es, los beneficios que conlleva la correcta praxis del mismo y su imprescindible complementación con una alimentación saludable, entre otras cuestiones. Entrando en materia, esta práctica, como su propio nombre indica, supone la renuncia voluntaria de ingerir cualquier tipo de alimentos durante un periodo de tiempo determinado con el fin de generar un déficit calórico.
La mayor virtud de este régimen alimenticio reside en su cuantiosa variedad, puesto que, los periodos de tiempo son diferentes en cuestión de los objetivos específicos a los que se desea llegar y las características de cada persona. Al igual que en las dietas, se han de seguir unas pautas determinadas en todo lo relativo al ayuno intermitente para alcanzar los propósitos que se pretenden. En primer lugar, la constancia de su ejercicio es tan importante como su comedido uso. Por lo que, su consecuente abuso supone claros riesgos de salud. Aunque en realidad tampoco hay que ser alarmistas con este suceso, ya que este tipo de ayuno conlleva una gran cantidad de beneficios.
Del mismo modo, se ha de seguir un protocolo dietético acorde y una medida de los alimentos que se ingieren, eso si, evitando caer en la obsesión. Además, es imprescindible incrementar el ayuno en la dieta de manera exponencial. La lista de ventajas es muy amplia y abarca todos los campos pertenecientes a la nutrición. Por supuesto, el uso acertado del ayuno intermitente contribuye a la perdida de peso y a la mejor de la salud cardiovascular.
Asimismo, está demostrado que durante el recorrido de este ejercicio, a largo plazo, se produce un cambio metabólico en el sistema humano que ayuda a la actividad física. Además, previene de las enfermedades de tipo neurológico y consigue tener un mayor control de las enfermedades autoinmunes. Aunque esta clase de virtudes expuestas no supone una verdad absoluta debido a que está demostrado que la eficacia depende de diversos factores.
¿Cómo afecta el ayuno intermitente al desarrollo muscular?
Existe una creencia extendida en la opinión popular acerca de las desventajas que supone este tipo de ayuno en el desarrollo muscular. Y, si bien en algunos casos esta disminución de músculo es un hecho palpable, se produce a causa de la falta de complementación con actividad física.
Tal y como expone el nutricionista Aitor Sánchez en su libro, '¿Qué pasa con la nutrición?', este proceso alimenticio no supone mayor riesgo que cualquier dieta hipercalórica. En ambos casos, una planificación adecuada puede prevenir estos altibajos en la propia hipertrofia muscular. De todos modos, en el caso de las personas con sobrepeso, el porcentaje de pérdida de grasa es muy superior al decrecimiento del núcleo muscular.
Por lo que, con el añadido de ejercicios físicos en la rutina se puede llegar a contrarrestar ese pequeño cambio en el músculo e incluso llegar al incremento propio.
¿Por qué no gano masa muscular?
Hay tres factores fundamentales que juegan un papel protagonista a la hora de ganar músculo. En primera instancia, si la meta principal del deportista es conseguir un mayor volumen muscular, la dieta del mismo requiere una cantidad apropiada de proteína, puesto que esta es la piedra angular de este proceso.
Por otra parte, es necesario que exista un superávit de energía, acorde a su alimentación, con el fin de que el sistema active el llamado efecto fotosíntesis. Por último, la canalización de dicha energía tiene que estar redistribuida al músculo en cuestión, para ello, han de realizarse ejercicios de fuerza que se complementen con los dos puntos ya tratados.
Por lo tanto, una vez profundizados en estos conceptos, estos son los consejos reconocidos por expertos para el correcto funcionamiento del ayuno intermitente. El periodo mínimo de abstinencia ha de ser de 12 horas, aunque lo recomendable son las 16 horas correspondientes entre la cena del día anterior y la comida que rompa el ayuno de la mañana siguiente.
Sin embargo, se recomiendan múltiples tipos de ayunos que se clasifican en cuestión a los periodos de restricción y a su frecuencia semanal. El ya mencionado, de 12 a 18 horas, se puede aplicar al día a día o en la medida de su elección. Implicará no desayunar ni comer nada a media mañana o no merendar ni cenar, en cuestión a las preferencias de cada uno.
Otro estilo de aplicación es el de días alternos o el conocido como '5:2', es decir, practicando el ayuno solo dos días a la semana. En el caso de no conseguir resultados a largo plazo con ninguno de estos métodos, lo más recomendable es ponerse en manos de un profesional para contar con su asesoramiento respecto a la naturaleza de su anatomía personal.
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