Alimentación

Un plan personalizado, la clave para perder peso

La dieta del macrotipo distingue cinco tipos metabólicos y propone ajustar el menú en consecuencia para lograr resultados

Dieta del macrotipo
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La dieta mediterránea, la DASH, la flexiteriana... existen numerosos patrones alimenticios diferentes considerados saludables por el grueso de la comunidad científica. Sin embargo, lamentablemente, no existe una fórmula estándar (ni milagrosa) que le funcione a todo el mundo, especialmente a la hora de perder peso. Al igual que sucede con los procedimientos médicos, conviene individualizar los planes nutricionales al máximo. Vivimos en la era de la «personalización».

Es fundamental que cualquier programa dietético sea pautado por un profesional de la alimentación

Cada sujeto tiene unas características únicas y es necesario adaptarse a ellas para poder brindarle las mejores soluciones. «No es lo mismo una persona joven, un niño, un anciano o un adulto, las necesidades fisiológicas son muy diferentes. También hay que tener en cuenta el estilo de vida, así como la medicación y patologías que se tengan, intolerancias, alergias o aversiones a alimentos. Por eso es fundamental que una dieta sea pautada por un profesional de la alimentación, que va a realizar una entrevista, para saber cuál es el mejor plan dietético para esa persona», advierte Mónica Herrero, miembro del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas, y vicepresidenta del Colegio de D-N de Aragón.

Muchas personas que se someten a dietas hipocalóricas a menudo se quejan de realizar un esfuerzo titánico y no conseguir bajar más de unos gramos. Es un claro indicio de que no se está dando el enfoque adecuado. No hay dos personas iguales y hay que estudiar cada caso de forma aislada para diseñar un plan a medida, ya sea para adelgazar o para mejorar la calidad de vida.

Cada persona tiene un tipo corporal único; no hay una fórmula que valga para todo el mundo

Precisamente partiendo del argumento de que nuestros perfiles biológicos son únicos e irrepetibles, Christine Hronec propone la dieta de los macrotipos. Esta nutricionista, química y experta en fitness ha popularizado este modelo nutricional en «Descubre tu macrotipo», un manual en el que introduce el término de «macronutrientes» para hacer referencia a las piezas clave del combustible que nuestro cuerpo necesita para funcionar de forma eficaz. Además, Hronec identifica cinco tipos metabólicos a los que denomina «macrotipos»: macrotipo de carbohidratos; macrotipo de proteínas; macrotipo de proteínas bajo en grasas; macrotipo de grasas; y macrotipo de grasas bajo en carbohidratos. Según esta experta, cada uno de ellos se muestra más eficiente en la descomposición y utilización de uno de estos grupos de nutrientes. El macrotipo de carbohidratos, por ejemplo, tiene más capacidad para procesar los carbohidratos (y así con cada sección). Situarse dentro de uno de estos apartados permite adoptar una ingesta de alimentos adecuada para controlar el peso y optimizar la salud y el rendimiento. No se trata de excluir al resto de los grupos de la dieta (de hecho, los tres deberían estar incluidos en circunstancias normales), pero sí de dar prioridad y consumir una mayor proporción del «combustible» que mejor se procesa.

[[H3:Este modelo da prioridad a la ingesta del «combustible» que mejor se procesa en cada caso concreto]]

No obstante, para la doctora Herrero, la teoría de los macrotipos tiene ciertas carencias: «No deja de ser una dieta que disocia los alimentos por grupos y, por tanto, no es del todo fiable. Nuestro cuerpo está construido para asimilar todos los macronutrientes (grasas, hidratos de carbono y proteínas). No hay macrotipos, sino personas con diferentes necesidades fisiológicas, pero hay que tomar todos los grupos de alimentos, salvo que haya una enfermedad o factor genético que lo impida», sostiene.

Por otra parte, aunque resulta evidente que hay que adaptar la dieta a cada individuo, existen algunas pautas generales que todos podemos aplicar en nuestro día a día. «La dieta tiene que basarse en comer de todos los grupos de alimentos a diario. Es recomendable apostar por productos de cercanía y frescos de temporada, cocinar con aceite de oliva, beber agua, evitar los procesados, los zumos y el alcohol, y realizar actividad física con rutinas diarias o semanales», concluye Herrero.