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Juego de Tronos: este es el balance de las temporadas anteriores

En unas horas se estrena la octava y última temporada de «Juego de Tronos» y éste es el balance de todas sus entregas.

Una de las escenas más recordadas es la muerte de Joffrey Baratheon (en la imagen) durante la Boda Púrpura en la cuarta temporada
Una de las escenas más recordadas es la muerte de Joffrey Baratheon (en la imagen) durante la Boda Púrpura en la cuarta temporadalarazon

En unas horas se estrena la octava y última temporada de «Juego de Tronos» y éste es el balance de todas sus entregas.

En cuanto los seis últimos episodios de «Juego de Tronos» hayan visto la luz, inevitablemente muchos necesitarán pasar cierto tiempo acurrucados en posición fetal para reponerse a su pérdida. En lugar de eso deberíamos celebrar lo que la serie ha aportado al mundo de la fantasía, al de la televisión y al nuestro en general. Y una forma de hacerlo –tan buena como cualquier otra, o tan mala– es hacer inventario de las siete temporadas que han precedido a la que se estrena en unas horas, ordenándolas de la peor a la mejor.

TEMPORADA 2

Los Stark declaran la guerra a los Lannister tras la ejecución de Ned Stark y, aunque Robb Stark gana algunas batallas, las semillas de su inevitable derrota empiezan a sembrarse. Daenerys emprende una olvidable visita a Qarth, donde se enfrenta a algunos villanos anodinos, y pronuncia a gritos una frase nacida para ser meme: «¡¿Dónde están mis dragones?!». Por otra parte, la temporada introduce algunos de los personajes favoritos de los fans, como Brienne de Tarth, Melisandre y Margaery. En general, eso sí, es la temporada menos entretenida de largo esencialmente por un extendido prólogo de la sorprendente Batalla de Blackwater.

TEMPORADA 7

Es una de las más oscuras porque en ella, finalmente, el ejército de los muertos se convierte en un peligro insoslayable. También nos ofrece algunas revelaciones más bien previsibles –sí, Jon Nieve es un Targaryen– y un sinfín de emotivos reencuentros y batallas luchadas furiosamente. Si valoráramos la serie únicamente en términos de espectacularidad, sin duda esta tanda de episodios sería la mejor; lástima que su narración sea apresurada, superficial, torpe y esté llena de boquetes argumentales. ¿Entretenida? Absolutamente. ¿Satisfactoria? Más o menos.

TEMPORADA 5

Será recordada sobre todo por «Hardhome», su octavo episodio. En él hay 61 minutos dedicados íntegramente a una batalla tan intensa que literalmente quita el aliento. Por lo demás, la quinta entrega pasa la mayor parte de su metraje perdida en una maraña de intrigas burocráticas. Además, incluye la infausta escena de la violación de Sansa y un montón de escenas que transcurren en Dorne están protagonizadas por las Serpientes de Arena, sin duda los personajes más lamentables de toda la serie. En todo caso, mirémosla con buenos ojos: también nos ofrece el paseo de la vergüenza de Cersei y el asesinato de Jon Nieve a manos de sus propios hombres.

TEMPORADA 1

Con ella empezó todo. La falta de presupuesto impidió que incluyera grandes batallas, pero ese déficit de espectáculo es compensado con creces con el desarrollo de los personajes. Vemos a Jaime Lannister empujar al pobre Bran Stark en cuanto lo descubre acostándose con su hermana Cersei. El terrible antagonismo entre los dos linajes se intensifica al final de la entrega cuando ese pequeño malnacido llamado Joffrey manda que se le corte la cabeza a Ned Stark. Todos los personajes adquieren contornos y profundidad. Imposible no sentir atracción por la rebeldía de Arya, la ingenuidad de Sansa, el sarcasmo de Tyrion, el estoicismo de Jon Nieve y los ovarios de Daenerys, que deja de ser una prisionera para convertirse en la Madre de Dragones.

TEMPORADA 6

Diez episodios sangrientos, caóticos y melodramáticos. Jon vuelve a la vida con un nuevo corte de pelo, el entrañable Hodor muere trágicamente y, tras años de soportar las victorias de los villanos, por fin vemos a los héroes vengarse. Arya logra volver a ser una Stark y asesina al infame Walder Frey; y, después de sufrir todo tipo de perrerías, Sansa empieza a coger el toro por los cuernos: la escena en la que mata a Ramsay Bolton es pura poesía. Asimismo, incluye tres episodios simplemente espléndidos –«La puerta», «Vientos de invierno» y «La batalla de los bastardos»–, que nos ofrecen giros y revelaciones y a Cersei bebiendo una copa de vino para celebrar el éxito de su plan para matar a (casi) todos sus enemigos.

TEMPORADA 3

Es la favorita de muchos de los seguidores de la serie y no resulta difícil adivinar por qué. A lo largo de su metraje se extreman muchas de las tensiones políticas alumbradas en las dos primeras temporadas. Ese proceso culmina con una secuencia a estas alturas convertida en un acontecimiento esencial de la cultura pop: la Boda Roja. Además de esa sorprendente masacre, nos muestra al bastardo Ramsay Bolton torturando a Theon Greyjoy hasta convertirlo en un animal llamado Hediondo, redefine nuestra conexión emocional con Jaime Lannister al emparejarlo con Brienne y hace que salten las chispas entre Jon Nieve e Ygritte más allá del muro. Y, en uno de sus momentos más memorables, escuchamos a Khaleesi exclamar: «¡Dracarys!».

TEMPORADA 4

En sus primeros compases nos enfrenta a la pavorosa muerte de Joffrey el día de su boda. Luego nos somete al trágico enfrentamiento entre Oberyn Martell y La Montaña, en el que el uno acaba con los ojos aplastados por los pulgares del otro. Y por último, nos deleita con esa secuencia en la que Tyrion, tras enterarse de que su amante y su padre se acuestan juntos, primero la mata a ella y luego le clava una flecha a él mientras hace de vientre. Hay quienes lamentan que su tercer episodio incluya una escena en la que Jaime viola a su hermana Cersei junto al cadáver de uno de los hijos que su incestuosa relación dio como fruto, pero ni siquiera ellos se atreverán a cuestionar la maestría con la que esta temporada equilibra la hondura psicológica y el espectáculo épico.