Viajes
Colacioppo, el fotógrafo que recorrió el mundo vendiendo postales
Juan Colacioppo es un jóven fotógrafo procedente de Martínez (Buenos Aires) . Su historia se resume en una sucesión de viajes en los que a medida que conocía nuevos destinos se iba conociendo a él mismo. Su gran particularidad es la manera en la que se financiaba sus aventuras. Hace postales de varias escenas cotidianas o peculiares de los lugares en los que se asienta para después venderlas por calles, bares o plazas. Su método de venta también llama bastante la atención puesto que es el comprador el que fija el precio de cada postal. A día de hoy ya ha vendido entre 16000 y 17000 postales aunque reconoce que esa cifra puede variar levemente.
“El Viaje de Mis Fotos” es un proyecto que nació como consecuencia de las ganas que tenía de concoer el mundo y su rebeldía ante el sistema impuesto. “No estoy contento con el orden establecido que tenemos de vida, estudias para conseguir un trabajo y trabajas para después mantener y formar una familia, no quiere decir que algún día no lo haga pero me aburre”.
Dentro de Sudamérica atravesó Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Uruguay, Brasil y Bolivia. En el viejo continente se estableció en Barcelona, Francia e Italia, donde vivió durante una larga temporada en el pueblo de donde procedía la familia de su padre, que como muchos italianos emigraron a Argentina en búsqueda de un mejor futuro. Gracias a esta experiencia dominó el idioma y se nacionalizó italiano, lo que le facilitaría la entrada y salida a países miembros de la Unión Europea. Su última etapa se ubica en el continente asiático, concretamente en Nepal y la India, que se convirtieron en un foco de inspiración que ayudó a darle forma a su último trabajo.
No todo fue viajar, fotografiar y vender, durante sus trayectos participó en varias exposiciones artísticas. A nivel europeo destacan las del Teatro Bellini (Nápoles) en 2018 y "La Filature de Ardeche" en Francia, organizada por una pareja de franceses que conoció en Chile hace casi cuatro años y que le sirvió como ejemplo de viajero ideal. Curiosamente, con el paso del tiempo, Juan se ha convertido en el padrino del hijo que tuvo hace poco la pareja.
A través de su cuenta en instagram muestra varias de sus fotografías y escritos en los que reflexiona sobre lo aprendido y lo vivido durante tanto tiempo de viaje. Siempre va acompañado de su mochila roja, algo deteriorada como consecuencia de sus grandes trayectos, no obstante, todos esos desperfectos los “arregla” con parches de banderas de países, llevando consigo un historial de viaje pegado a su espalda, que pasea de ciudad en ciudad.
Tras varios años viajando, ya tiene fijada su vuelta a la Argentina, donde tiene planeado seguir aprendiendo de la fotografía y buscar nuevas inspiraciones para futuros proyectos. “El viaje eterno no existe, tarde o temprano volvemos al lugar que llamamos hogar, donde tenemos un nombre y un apellido”.
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