Riveira Sacra

Hay lugares que acaban convirtiéndose en una especie de refugio mental. La pandemia nos ha obligado en muchos casos a vivir de recuerdos, y hoy les voy a describir uno de los que me ha ayudado a sobrellevar esas jornadas en las que el confinamiento se hace más pesado. Galicia siempre es buena opción, pero hace unos meses pude descubrir una zona mágica. La definiría casi como el corazón más profundo de una tierra de sueño. Les invito a visitar en cuanto les sea posible la Ribeira Sacra. El área creada en torno a las confluencias de los ríos Miño y Sil es de espectacular belleza paisajística. Una naturaleza salvaje que anima a perderse entre caminos que acabarán en sobrecogedores miradores sobre el cañón de los ríos.

O te acercarán a monasterios y ermitas que marcan esa parte Sacra de la ruta, que tiene el epicentro en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, hoy transformado en Parador Nacional. Parada imprescindible, obligada para escuchar la historia de sus piedras.

La mejor forma de entrar en la Ribeira es navegando, recorriendo los ríos a través de las rutas en catamarán que son más que recomendables para entender en un agradable paseo este hermoso lugar en el mundo a caballo entre las provincias de Lugo y Orense. Y como guinda, sumen a la ecuación que la Ribeira Sacra es famosa por sus vinos. Viñedos en lugares imposibles, arracimados en las laderas. Cepas en lugares tan inhóspitos, que sólo se puede acceder por el agua.

Conocer la historia que cuenta cada una de esas viñas, visitar una bodega y por supuesto disfrutar de sus vinos son el broche de oro a un plan perfecto que no deben esperar mucho más para empezar a organizar.