
Gastronomía
Panadería Salazar: tradición panadera en el corazón de Frómista
César Salazar lidera la quinta generación de una saga panadera nacida en el siglo XIX y afronta con ilusión una nueva etapa para dar a conocer los clásicos del pan y la repostería palentina

En Frómista, un pueblo castellano que huele a románico y a horno de leña, hay un obrador donde el tiempo no pasa, solo fermenta. Se llama Salazar, y lleva más de cinco generaciones amasando mucho más que pan: historias, recuerdos, infancia. De las esclusas del Canal de Castilla al obrador de la calle La Plata, la familia Salazar ha sabido mantener viva una tradición que, en los tiempos que corren, en los que las prisas y el majetreo se adueñan de nuestros días ponen una deliciosa pizca de calma.
César Salazar es el actual guardián de esta herencia. Químico de formación, panadero por genética y vocación. A su cargo, el obrador vive una nueva etapa: cambio de imagen, reforma del local y un firme propósito de acercar los sabores auténticos a un público cada vez más curioso por lo artesanal y lo saludable.

Panes especiales y elaborados con mimo
Todo empieza cada noche, cuando el resto del pueblo duerme. El obrador se ilumina y comienza la sinfonía: harinas, manos, silencio. A las 6:30 horas ya está todo listo. En las vitrinas, panes de candeal que siguen la receta original de hace más de un siglo, rosquillas de palo que huelen a casa de abuela, bollería para el desayuno y empanadas de cecina o de bacalao, que por qué no, también valen para empezar el día.
Pero si hay algo que distingue a Salazar es su colección de panes especiales: de espelta, tritordeum con semillas de amapola, centeno húmedo con lino, pasas y nueces, chocolate y naranja... Cada uno con su historia, su fermentación lenta, su masa madre cuidada a diario como un ser vivo que respira sabor. La mayoría se elaboran durante al menos 48 horas y son el resultado de una combinación paciente de tradición y técnica.

Salud y sabor: una alianza infalible
No se trata solo de nostalgia. Salazar ha sabido leer el presente y adaptarse sin ceder al fast food disfrazado de masa congelada. Aquí el pan no solo sabe bien, también sienta bien. “Un pan con fermentación larga y masa madre se digiere mejor”, explica César. Y vaya si se nota. Desde el integral de grano completo hasta el pan de semillas con propiedades antiinflamatorias, cada variedad responde a una demanda creciente por lo auténtico y lo sano.
En este nuevo mapa del pan saludable, destacan cinco: tritordeum, integral de trigo, centeno, espelta y semillas. Todos comparten un origen honesto, ingredientes reconocibles y una elaboración que se toma su tiempo. Porque en Salazar, como en la buena vida, las prisas no entran.

Desde su otro establecimiento en Palencia capital y con distribución en varios puntos de la provincia, así como en Valladolid y Madrid, Salazar continúa creciendo sin perder el alma. Algunos restaurantes de referencia como la Hostería de los Palmeros en Frómista, o Ajo de Sopas y Restaurante Terra en Palencia, confían en ellos para completar sus cartas con panes personalizados, elaborados a medida en ingredientes, formato y fermentación. “Los restauradores confían en nosotros porque sabemos adaptar el producto a sus necesidades”, explica César.
Mucho más que pan
Aunque los panes son los reyes del obrador, en Salazar hay también un rincón especial para los dulces de siempre, ligados al calendario y la memoria colectiva. Desde las orejuelas crujientes hasta las pastas de yema, pasando por las cocadas, los sequillos o las reliquias de San Telmo, que se elaboran durante las fiestas del patrón de Frómista, cada receta reivindica el sabor de la tradición. Y, por supuesto, no faltan las rosquillas de palo, uno de los emblemas de la casa. “La rosquilla de palo me recuerda sin duda al carácter castellano… duro, seco en presencia y no del agrado de todos. Pero quien sabe entender su naturaleza, no la olvida jamás. Es para disfrutar con calma, sin prisas, en buena compañía y, si se tercia, con un poco de orujo”, dice César, que conoce bien el valor de los sabores con historia.
Y si hay un dulce que representa la pasión repostera de esta quinta generación, ese es el panettone. Elaborado con masa madre natural y un proceso de más de tres días, su textura suave y su sabor intenso lo convierten en un producto de culto. Se prepara solo en temporada, de octubre a enero, en dos formatos (500 y 800 gramos), y es una muestra más de cómo tradición y técnica pueden convivir en perfecta armonía.
Además de hornear, César también dedica parte de su tiempo a compartir lo que sabe. Ha participado en talleres para asociaciones profesionales y centros escolares, con el fin de acercar los secretos del buen pan a nuevas generaciones y despertar el interés por un oficio que, cuando se hace con pasión, deja huella.

Sin duda, Salazar es un lugar al que se vuelve... Se vuelve a los orígenes, al sabor, a la conversación pausada que se alarga con una rosquilla de palo entre los dedos. Porque sí, el pan puede ser algo más que un alimento. Puede ser el centro de una historia, la excusa perfecta para una sobremesa, o simplemente un recordatorio de que las cosas buenas requieren tiempo.
Y si estás de paso por Frómista, ya sea peregrino del Camino de Santiago o viajero curioso por la Castilla profunda, no dejes de entrar en la calle La Plata. Puede que salgas con una hogaza bajo el brazo, pero seguro con algo más: la sensación reconfortante de haber encontrado un obrador donde el pan sigue siendo, como antes, pan.
Direcciones:
• Frómista (Palencia) – C/ La Plata, 2
• Palencia capital – C/ Padre Claret, 9
• Online:panaderiasalazar.es
• Pedidos y contacto: info@panaderiasalazar.es | +34 979 81 00 86
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