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México 1986: El Mundial en el que se apareció «Dios»

Maradona ganó el título y marcó dos golazos a Inglaterra. «El Buitre», héroe de Querétaro

Maradona marca con la mano el primer gol del encuentro de cuartos de final entre Inglaterra y Argentina
Maradona marca con la mano el primer gol del encuentro de cuartos de final entre Inglaterra y Argentinalarazon

Madrid- «Oa, oa, oa, "el Buitre"a la Moncloa». Emilio Butragueño, que nunca ha sido el más comunicativo, hizo su mejor mitin aquella noche del 18 de junio en Querétaro, México. «No fue mi mejor partido, pero hice los goles», reconoce el directivo del Real Madrid. Con sus cuatro tantos, más el de Goicoechea por un penalti que le hicieron a «el Buitre», España remontó el primer tanto de Dinamarca y ganó 5-1. No era la selección danesa de ahora. Era el conjunto de Laudrup, la esencia del buen fútbol, de que la estética es el único camino ético hacia la victoria.«Estaba en la habitación con Míchel y él no paraba de decirme: ‘‘nene, quédate arriba, quédate arriba, no bajes a recibir''». Butragueño no estaba muy contento con su Mundial y Míchel le convenció para que jugase un poco más en punta. «Ahí descubrí que iba a ser entrenador», cuenta el técnico del Getafe. No falló. Dinamarca era bonita, pero débil. A partir de ahí nació un trauma para la selección danesa.Con esa victoria, España volvió a soñar, que nunca se aprende de los palos. Era un conjunto que podía aspirar a ganar el Mundial. La selección había quedado finalista en la última Eurocopa, tras perder la final contra la Francia de Platini, y la Quinta del Buitre daba un toque de distinción y estilo al fútbol del conjunto de Miguel Muñoz. «Se nota, se siente, ‘‘el Buitre'' presidente», gritaba un país que estaba a punto de celebrar elecciones. El fútbol demostró ser más importante que Felipe González y el resto de partidos políticos. Seguro que esa noche Emilio Butragueño hubiese sacado algún escaño.Al final, como casi siempre sucedía antes, España se enfrentó en cuartos de final a Bélgica, que para desgracia de la selección tampoco tenía el nivel de ahora. El partido terminó con un empate a uno y en la tanda de penaltis, Eloy, ese delantero bajito y habilidoso, lanzó el segundo y se encontró con Plaff, un nombre ya inolvidable para la afición española. No falló nadie más. No había Mundial ni Butragueño sería presidente.De todos modos, salir presidente de ese Mundial sería un asunto menor. En México 86, el fútbol encontró su Dios. Con una mano. Maradona hizo dos goles a Inglaterra que son memoria colectiva. El primero, con la mano, ante la ilógica decisión del colegiado Ali Bin Nasser, a quien le pareció normal que un jugador tan bajito rematase con la cabeza ante Shilton. Después, Maradona marcó el mejor gol en la historia de los mundiales. Describirlo o ponerle adjetivos sería repetir las miles de palabras que se han dicho. Está en Youtube.Maradona derrotó a Bélgica en semifinales y en un trepidante partido con Alemania, Argentina se llevó el Mundial que tanto deseaba. Según cuenta Julio Maldonado en el libro «De la Naranja Mecánica a la Mano de Dios», la selección de Bilardo se entrenaba muy cerca del estadio Azteca. Por obligación tenían que pasar por delante con el autobús. Lo hacían en silencio respetuoso y un poco cobarde hasta que un día alguien grito: «Chao, Azteca, nos vemos en la final» y se convirtió en un grito de guerra que se repitió todos los días. Hasta la final.Pasaron más cosas en el Mundial. Sucedió que la gran Francia de Platini, la que ganó a Italia y al Brasil de Zico y Sócrates, no pudo con Alemania en semifinales. Sucedió, también, que a un grupo de aficionados se les ocurrió levantarse, les siguieron los de al lado, continuaron los de más allá y de repente todo el estadio estaba haciendo la ola. Pero fueron cosas de humanos, casi vulgares. Lo importante ya se había visto. El fútbol que ya había conocido al todoterreno Di Stéfano, al original Pelé y al revolucionario Cruyff, se encontró en México, en el 86, cuánto hace, con Dios.

1986 Campeón: Argentina- Argentina, 3: Pumpido; Cuciuffo, Brown, Ruggeri, Olarticoechea; Batista, Héctor Enrique, Giusti, Burruchaga (Trobbiani, min 86); Maradona y Valdano.- Alemania, 1: Schumacher; Berthold, Förster, Jakobs, Eder, Briegel; Brehme, Matthaeus, Magath (Höness, min 63, Rummenigge y Klaus Allofs (Völler, min 46).- Goles: 1-0 (min 23): Brown; 2-0 (min 55): Valdano, 2-1 (min 55): Förster; 2-2 (min 80): Völler; 3-2 (min 83): Burruchaga.- Amarillas: Valdano, Olarticoechea, Héctor Enrique, Pumpido, Matthaeus y Brehme. El gol de la mano de Dios por Julián GARCÍA CANDAUMéxico también recibió a la selección española con mucho cariño. Allí estaban los viejos supervivientes de la selección de Euskadi y del Barcelona como los Regueiro, Lángara e Iborra, emigrados a causa de la Guerra Civil. Tras el fracaso del Mundial 82 se crearon nuevas ilusiones. De nuevo se tropezó con Brasil. Ganó 1-0 porque el árbitro australiano Bambridge, no concedió el tanto que marcó Míchel. Dio el balón en el larguero y cayó dentro, pero salió y nos quedamos con la miel en los labios. Ganó, 2-1, a Irlanda del Norte y a Argelia, 3-0, y ello permitió pasar a octavos de final.Dinamarca ganó toda clase de plácemes por su buen fútbol y se llegó a creer que podía ser campeona. Tropezó con España en Querétaro. Emilio Butragueño, quien no estaba muy acertado, comenzó a marcar goles. Hizo cuatro y se convirtió en gran ídolo. Luego llegó la decepción en cuartos de final. España tuvo que improvisar la defensa por las lesiones y por la sanción de Goicoechea, y Bélgica logró empatar el partido, acabó igual (1-1) la prórroga y se recurrió a los penaltis. Los belgas marcaron cinco y España marró uno. Se acabó el recorrido en el que nos habría esperado Argentina, la selección que finalmente ganó el torneo con Maradona, estrella magnificada por la victoria frente a Inglaterra. Maradona sigue siendo intocable en Argentina, más que por el título, porque gracias a su actuación se eliminó al equipo que representaba la victoria de la Guerra de las Malvinas. El tanto pasó a la historia porque lo marcó con la mano, «la mano de Dios» como quedó definido para la historia.La selección española regresó sin lauros y, no obstante, no fue mal calificada. La desgracia la eliminó.