Copa Confederaciones
Con modestia podemos por María José NAVARRO
Una, que es de naturaleza prudente (léase miedica), no dirá que «vamos» a ganar el Mundial porque no es de las que guste de faltarle al respeto a equipos que han demostrado antes mucho más que el nuestro; esas bravuconadas con garantía de explotar en la cara se las dejamos a Del Nido, que es lo suyo. Es más, según se acerca el Mundial, una empieza a ver menos claro lo que tan cantado parecía. Llegó la Copa Confederaciones y se nos levantó una ceja, y esa ceja terminó levantando a la otra, gracias a las preguntas que nos vamos haciendo: ¿estará Casillas a su nivel pasado?, ¿hay alguien capaz de sustituir al insustituible Senna, el pilar sobre el que se apoyaba todo el entramado de la Eurocopa?, ¿jugará Vicente Del Bosque como lo hizo Luis?, ¿lo hará con extremos?, ¿sacará uno o dos delanteros?, ¿es Del Bosque, tipo sensato e inteligente, un mero alineador o será capaz de sacarse conejos tácticos de la chistera si algo falla?, ¿es miedo o es pánico lo que inspiran juntos Messi, Agüero, Tévez, Higuaín y Milito?
Pero hay otras preguntas que ayudan a ir bajando cejas: ¿cómo afrontaríamos un partido en el que marcar pasase por entrar donde mandan Piqué y Puyol?, ¿qué defensa conciliaría el sueño sabiendo que mañana vienen Villa y Torres?,¿quién tiene a Xavi y a Iniesta, y a Silva, a Xabi y a Cesc por si lo de antes no fuera suficiente? No sé si España va a ganar el Mundial, pero sí que, por primera vez desde que una recuerda, tiene equipo, juego, posibilidades y confianza para ganarlo. Y, además, una señal: este año no hay himno oficial de Las Hurtado.
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