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Igualdad de género

El vocabulario que necesitas para entender el lenguaje “feminista” del nuevo Gobierno

Irene Montero cambió “Consejo de ministros” por “Consejo de ministras” durante la promesa de su cargo ante el Rey y puso sobre la mesa el debate del uso lenguaje como arma para la igualdad.

El Gobierno apuesta por un lenguaje "no sexista" como instrumento para la igualdad
El Gobierno apuesta por un lenguaje "no sexista" como instrumento para la igualdadlarazon

El uso del lenguaje ha sido siempre un argumento de la izquierda, especialmente de Podemos, para atacar a las rancias posiciones del “centro derecha” y su uso “patriarcal y excluyente” de la Lengua.

Lo que no se nombra no existe. Esto, trasladado al género, implica que el hecho de que las mujeres no tengan una representación simbólica en la lengua contribuye a su invisibilización. Por este motivo, a fin de lograr el objetivo de la igualdad entre sexos, se debe hacer un uso del lenguaje que represente a las mujeres y a los hombres y que nombre sus experiencias de forma equilibrada. Esta tesis es la que llevó a la ministra de Igualdad, Irene Montero, a cambiar “Consejo de ministros” por “Consejo de ministras” durante la promesa de su cargo ante el Rey. Una decisión que fue largamente debatida en redes sociales y que llevó incluso a que la RAE se pronunciase. La Academia de la Lengua insiste en que es gramaticalmente incorrecto decir “Consejo de Ministras” si hay hombres.

Esta obsesión por el lenguaje de la flamante ministra de Igualdad viene de lejos. En la memoria de todos quedan expresiones como “miembras” o “portavozas” pronunciadas por la entonces portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados. Una obsesión que llevó a la política de la formación morada a retorcer el lenguaje hasta pronunciar expresiones como “Fuerzos y cuerpas de Seguridad del Estado”.

Sin embargo, esta cuestión no es exclusiva de la formación liderada por Pablo Iglesias. En 1997, la diputada socialista Carmen Romero pidió el voto en un mitin a los «jóvenes y jóvenas» y con la llegada de Sánchez al poder, Carmen Calvo ya planteó a la RAE la necesidad de reformar la Constitución para dotarla de un leguaje inclusivo. Un debate que sigue sobre la Mesa de la Academia y que no parece que, en sus conclusiones, vaya a dar la razón a las pretensiones de la izquierda.

Lenguaje incluyente
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Muchos colectivos feministas o del entorno LGTBI consideran el lenguaje un arma más al servicio de una sociedad “machista” y “heteropatrialcal” para oprimir a la mujer o discriminar a las personas por su género o condición sexual.

Por este motivo, la nueva política de este “Gobierno feminista” -según la propia definición de Pedro Sánchez- hace necesarios conocer una serie de términos que van a estar muy presentes en esta legislatura, especialmente en el ministerio dirigido por Montero, en el que la mayoría de sus altos cargos -todas mujeres por cierto- son claros referentes del activismo radical contra el “heteropatriarcado”.

Estos son los términos más utilizados de este lenguaje “empoderado”, “incluyente” y “no sexista”:

  • Empoderamiento: Además de ser una de las palabras más buscadas en Google, el verbo ‘empoderar’ se ha convertido en palabra clave para ayudar al progreso social en busca de la igualdad entre hombres y mujeres: “Adquisición de poder e independencia por parte de un grupo social desfavorecido para mejorar su situación.‘Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”. Suele utilizarse en referencia a la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres.
  • Heteropatriarcado: Concepto que se utiliza para referirse a un sistema sociopolítico en el que el género masculino y la heterosexualidad tienen supremacía sobre otros géneros y sobre otras orientaciones sexuales. Se trata de un término que enfatiza que la discriminación ejercida tanto sobre las mujeres como sobre las personas LGBTI tiene el mismo principio social machista.
  • Heteronormatividad: Régimen impuesto en la sociedad, en ámbito político y económico que impone las relaciones sexual-afectivas heterosexuales mediante diversos mecanismos médicos, artísticos, educativos, religiosos, jurídicos, etc. y mediante diversas instituciones que presentan la heterosexualidad como necesaria para el funcionamiento de la sociedad y como el único modelo válido de relación sexoafectiva y de parentesco.
  • Heterosexismo (s) Presunción de que todo el mundo es heterosexual y de que la heterosexualidad es la norma. El heterosexismo institucionalizado significa un heterosexismo que está profundamente arraigado socialmente y es sistemático o estructural; provoca que las personas LGB se sientan invisibles o aisladas.
  • Feminicidio: Homicidio consecuencia de la violencia machista.
  • Brecha de género: distribución desigual de recursos, acceso y poder en un determinado contexto entre ambos géneros. Dentro de la brecha de género podemos encontrar la brecha salarial: diferencia económica entre hombres y mujeres por el desempeño del mismo trabajo.
  • Androginia: Rechazo del modelo binario (ver Binario) y defensa del potencial de dinamismo o ‘fluidez de los géneros’. Muchas personas consideran que los estereotipos de género nos presionan desde la infancia para que nos atengamos a las pautas de comportamiento asociadas con el género que se percibe en nosotros.
  • Binario (modelo binario): Un modelo de representación y división de los géneros que presupone que todo el mundo es exclusivamente masculino o femenino.
  • Cisgénero (s & adj) Término que designa a la persona en la que el sexo de nacimiento encaja exactamente con su identidad sexual.
  • Disforia de género (s) Sentimiento de pertenecer a un género distinto del sexo de nacimiento de una persona.
  • Sororidad: Esta palabra no está registrada en el Diccionario de la Real Academia Española. Se define como «el apoyo mutuo de las mujeres para lograr el poderío de todas». Es una alianza entre mujeres que propicia la confianza, el reconocimiento recíproco de la autoridad y el apoyo.
  • Cultura de la violación: Se refiere a una sociedad que permite y tolera las agresiones sexuales, en la que se culpabiliza a la víctima, se trivializa la violación o se piensa que si el autor es pareja de la víctima no puede considerarse como tal.
  • Cosificación: «Reducir a la condición de cosa a una persona». Suele utilizarse en referencia a la cosificación sexual femenina que no es otra cosa que tratar a las mujeres como objetos.
  • Micromachismo: Designa a las sutiles e imperceptibles maniobras y estrategias de ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano, que atentan en diversos grados contra la autonomía femenina.
  • Masculinismo:«Movimiento que busca la igualdad entre el hombre y la mujer, desde la perspectiva del varón». Los masculinistas se quejan de que el feminismo busca la igualdad desde el punto de vista de la mujer y pretenden alcanzarla defendiendo los derechos y necesidades de los varones.
  • Intersexualidad: Posesión de características físicas de ambos sexos. Son intersexuales las personas nacidas sin un sexo cromosomático que las defina como hombre o mujer; también conocidas vulgarmente como hermafroditas.
  • Hembrismo: Falsa superioridad de la mujer sobre el hombre.
  • Feminazismo: Expresión utilizada por la ultraderecha para insultar a las personas feministas (según definición de este colectivo).
  • Todes: Manera de decir todos incluyendo a hombres y mujeres.
  • Mansplaining: Cuando un hombre explica algo a una mujer y lo hace de manera condescendiente porque da por hecho que sabe más que ella.

La lista podría ser mucho más larga y seguro que la vamos incrementado a lo largo de esta Legislatura. El debate Igualdad vs. perversión del lenguaje vuelve a estar en el centro de la confrontación política.