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El cardenal Juan José Omella, elegido presidente de la Conferencia Episcopal

“Mi papel será el de crear puentes con el Gobierno en temas delicados”, ha dicho en su primera intervención como presidente. “Ellos nos necesitan a nosotros y nosotros a ellos”, ha reconocido

“Entro en este camino con temblor y temor”, ha reconocido Juan José Omella en su primera rueda de prensa como presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Todas las quinielas apuntaban a que él sería el elegido en sustitución de Ricardo Blázquez y esta mañana se ha confirmado. El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y hombre muy próximo al papa Francisco, ha sido elegido este martes nuevo jefe de la Iglesia española. Por su parte, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha sido nombrado vicepresidente.

En una rápida comparecencia ante los periodistas, Omella ha dado las gracias a los prelados por su elección y ha aprovechado para ensalzar la labor de su predecesor, que ha estado al frente de la CEE en dos periodos, nueve años en total. Omella ha reconocido que entra en el cargo “con temor” porque “yo nunca he sido presidente”, pero con el referente de Blázquez , “prudente, en comunión con todos y con un gran amor al mundo, a la sociedad”.

Como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal tendrá que enfrentarse a varios retos. En clave interna, deberá aterrizar las reformas del Papa Francisco en la iglesia española, que se ha mostrado reacia a algunas. En clave externa, le espera una legislatura complicada pues el gobierno de Pedro Sánchez tiene una agenda política que en algunas cuestiones choca frontalmente con los postulados católicos: cuestiones como la eutanasia, la nueva ley educativa que pone en jaque la educación concertada, la reforma fiscal que anula la exención del pago del IBI a la Iglesia o la resignificación del Valle de los Caídos, serán cuestiones con las que deberá bregar el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Omella lo hará con sus señas de identidad, que son las misma que las de Francisco: el diálogo y la negociación.

Preguntado sobre el papel que desempeñará en este escenario político, el arzobispo de Barcelona ha señalado que “estamos para colaborar con todas las instituciones, también con las del Estado” porque la Iglesia “está al servicio del bien común, con un buen diálogo". “Ellos nos necesitan a nosotros y nosotros a ellos”, ha apostillado. Al Gobierno de coalición de Pedro Sánchez les ha deseado “éxito” en cuestiones tan complejas de su agenda política, como la eutanasia o la reforma educativa. “Mi papel es el de coordinar las acciones de la Iglesia a nivel de Gobierno y, segundo, en todos los temas delicados, crear puentes” y caminar hacia “la convivencia y la fraternidad”, ha explicado Omella.

Según han informado fuentes de la CEE, Omella, de 73 años, ha sido elegido por mayoría absoluta y mediante voto secreto entre los 64 obispos, arzobispos y cardenales que podían optar al cargo, que desempeñará durante los próximos cuatro años. Atrás han quedado nombres como el de Ginés García Beltrán; obispo de Getafe, Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo; o Mario Iceta, obispo de Bilbao. Estos tres prelados también obtuvieron apoyos en el primer sondeo celebrado tras la Asamblea Plenaria en la tarde de ayer, pero finalmente Omella ha sido el que más votos ha obtenido en la votación final. Con su nombramiento se ha impuesto en la Iglesia española la corriente moderada, y a este respecto ha apuntado que dentro de la CEE “no existen sectores, sino distintas sensibilidades: “Unos son más risueños y otros más serios, pero no nos clasifiquen tan pronto”, ha dicho a los periodistas con el buen humor que le caracteriza. Precisamente Omella ha recordado que hay que recuperar en la Iglesia “ese gozo, esa alegría” que defiende Francisco en su primera exhortación “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio). Para el nuevo Plan Pastoral, Omella ha avanzado que traerá “nuevos métodos, nuevos lenguajes, pero también un nuevo ardor”, siempre con el referente de esa “Iglesia en salida” que propugna el Papa “en contacto con la sociedad”.

Creado cardenal en 2017 por el papa Francisco, Juan José Omella llegó a la sede de Barcelona en 2015 después de pasar por las diócesis de Barbastro, Logroño y Zaragoza. Hombre de confianza de Francisco en España, en 2014, fue nombrado en Roma miembro para la Cogregación de los obispos. Omella estudió en el seminario de Zaragoza y fue ordenado sacerdote en 1970. Su vocación misionera le llevó a Zaire, donde estuvo un año.