El verano en Madrid se caracteriza por temperaturas abrasadoras que impulsan a sus habitantes a buscar refugio. Aquí cinco destinos naturales para combatir el calor, sin necesidad de recorrer grandes distancias.

La piscina natural de Riosequillo

A poco más de una hora de Madrid se encuentra la piscina natural de Riosequillo, una de las más grandes de España. Rodeada de montañas, cuenta con una piscina principal, una zona infantil, césped, un bar y un pinar con merenderos que ofrece sombra natural.

Está abierta todos los días, excepto los lunes, y las entradas oscilan entre los 9 euros en días laborables y los 14 euros en fines de semana. Varias líneas de autobús (191, 191e, 191d, 194a, 195a, 195b, 196 y 199) dejan a unos 15 minutos a pie de la entrada.

Piscinas naturales Las Berceas

En Cercedilla, dentro de la sierra de Guadarrama, se encuentran estas piscinas naturales que *National Geographic* reconoce como unas de las mejores cerca de Madrid. El área abarca 30 hectáreas con dos grandes piscinas alimentadas por arroyos, además de zonas de césped, merenderos y un bar.

Se puede llegar tanto en coche como en transporte público, utilizando el tren de la línea C8B y, desde la estación, un autobús gratuito que conecta con el recinto. El precio de la entrada es de 9 euros entre semana y 12 euros durante los fines de semana.

Playa de Estremera

A orillas del río Tajo y a unos 60 minutos de Madrid se encuentra la playa fluvial de Los Villares. El entorno está compuesto por un arenal rodeado de chopos, con zonas habilitadas con merenderos y un chiringuito. El acceso es gratuito y no cuenta con control de aforo.

Pantano de San Juan

A solo 70 kilómetros de Madrid, este embalse se ha ganado el título de "playa de Madrid". Con su Bandera Azul, garantiza calidad e instalaciones óptimas. Rodeado de restaurantes y chiringuitos, ofrece actividades acuáticas como alquiler de motos de agua y veleros.

Las Pozas del Eresma

Este paraje natural se encuentra en la Sierra de Guadarrama, cruzando la frontera con Segovia. Conocido como Boca del Asno, es una zona de baño situada junto al río Eresma, dentro de la Reserva de la Biosfera. Fue utilizado por Carlos III como lugar de pesca. En la zona se puede practicar senderismo, caminar entre árboles, bañarse en la orilla del río o en las pozas naturales que se forman a lo largo de su recorrido. Se permite la entrada de perros.