Europa League
El VAR salva a un patético Sevilla
Una mano involuntaria de Traoré invalidó el gol de Paun que se tragó Bono y que, a falta de dos minutos, daba al Cluj el pase a los octavos
Por una vez, lo sustancial no es el resultado. El Sevilla se clasificó para los octavos de final de la Liga Europa a costa de un Cluj bastante flojito, pero del partido de anoche hay que quedarse con la incapacidad del equipo de Julen Lopetegui para superar a ningún rival, por pocos argumentos que tenga. Brotes verdes como el de Getafe resultan anecdócticos cuando el tono general de los sevillistas es tan triste. Con una falta alarmante de argumentos ofensivos que reduce un entrenador miedoso a más no poder, para colmo, el panorama pinta feo.
El esquema parece invariable, sea cual sea el rival. En casa, el Sevilla empieza perdonando y termina sufriendo por culpa de la mala puntería de sus atacantes, que son un dolor. Lopetegui se dejó de bromas y repitió la alineación de Getafe, con el único cambio obligado de la portería. El Cluj pasó por la fase del respeto excesivo a la camiseta, una deferencia a los caídos galones del pentacampeón, aguantó el chaparrón un rato y, viendo que el anfitrión no se comía a nadie, se lanzó en pos de su oportunidad. Gracias a Bono y a la fortuna, el marcador seguía virgen al descanso.
Lo de De Jong es grave. El Sevilla atravesaba sus mejores minutos del primer tiempo alrededor de la media hora, con aproximaciones de Suso y Koundé que habían rozado el gol. Irrumpió Navas por la derecha, puso un pase de la muerte y el ariete holandés no se contentó con ni siquiera oler el balón, es que salvó el remate a bocajarro de Reguilón en su vuelo hacia la red. Una broma pesada.
Total, que los transilvanos comprendieron que podían pasar ronda y cercaron a Bono, que salvó con mérito sendos tiros a media distancia de Djokovic y Paun y desvió con la mirada un cabezazo franco de Boli. Al cuarto de hora de la segunda, al detener el portero marroquí un disparo de Deac, estalló la ira en la grada. Olía a chamusquina.
El drama sobrevoló Nervión a falta de dos minutos, cuando Paun largó un tiro lejano que se tragó Bono pero el VAR anuló el gol por una mano previa de Traoré. El gol habría castigado el encuentro timorato del Sevilla, más bien toda su temporada, pero el vídeo quiso que fuese de otra manera. Contra diez durante seis minutos eternos de descuento, porque expulsaron a Bordeianu, resistió a duras penas el equipo de Lopetegui. La bronca final de la grada fue de lo más elocuente.
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