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La empresa investigada por contaminación de mercurio en Huelva ya fue condenada en Cataluña

Ercros pagó 11 millones en 2019 por vertidos en Flix. La compañía no ha reservado fondos para hacer frente a su posible responsabilidad en Palos

Vista de la fábrica que Ercros tiene en el municipio tarragonés de Flix y que empleaba mercurio, igual que la que tenía en Palos de la Frontera
Vista de la fábrica que Ercros tiene en el municipio tarragonés de Flix y que empleaba mercurio, igual que la que tenía en Palos de la FronteraJAUME SELLARTEFE

La compañía química Ercros se deshizo en 2015 de su fábrica en Palos de la Frontera (Huelva) pero no de los problemas derivados de la actividad desplegada allí desde el año 2008. No es la primera vez que afronta una causa por contaminación de mercurio, ya que pagó 11,3 millones a Acuamed en 2019 por la reparación de los daños causados en el pantano de Flix (Tarragona) y tendría pendientes altededor de once millones más para la remediación de terrenos afectados por su actividad en Cartagena (5,1 millones) y en las ubicaciones donde había plantas que usaban mercurio, como la de Palos.

Tampoco es la única causa judicial abierta: el pasado 12 de febrero la Policía registró su sede central en Barcelona y las dos fábricas de Vilaseca, también en Tarragona, en una investigación que se mantiene bajo secreto de sumario. La Guardia Civil examinó los depósitos que contienen sustancias altamente contaminantes y cancerígenas.Igualmente, tiene procesos en su fábrica de Cerdanyola (Barcelona) por superar los límites de emisión de sustancias y por vertidos sólidos en suspensión y de mercurio en la planta de Sabiñánigo (Huesca). En Flix, el año pasado fue sancionada en dos ocasiones por vertidos y por la emisión de partículas a la atmósfera. En julio un juzgado de Sevilla confirmó una infracción grave por no señalizar sus instalaciones eléctricas en las Salinas de Huelva, provocando un episodio de mortandad de aves.

La provisión de fondos que Ercros mantiene para hacer frente a las reclamaciones administrativas y las causas judiciales pendientes es de 7,8 millones, según figura en la documentación consultada por LA RAZÓN. La propia empresa detalla que esas cantidades se reservan si el grado de probabilidad de condena supera el 50%. Para la causa abierta en Palos de la Frontera no existiría ninguna provisión, según admitieron a LA RAZÓN fuentes de Ercros. «Las provisiones son reconocidas en el momento en que Ercros tiene una obligación presente como resultado de un suceso pasado; si es probable que tenga que desprenderse de recursos que incorporen beneficios económicos para cancelar tal obligación; o si puede hacerse una estimación fiable del importe de la obligación», explican. «Dado que no se cumplen dichas condiciones o el grado de probabilidad de que ocurra el hecho es bajo, no se ha provisionado ninguna cantidad por este motivo», concluye la química.

La investigación por posibles emisiones de mercurio se encuentra en diligencias previas en el juzgado de Instrucción 2 de Moguer. Por las instancias judiciales ya han pasado todos los técnicos y ahora deben comparecer la casi treintena de investigados en esta causa, en la que hay implicadas otras tres empresas además de Ercros. Los días 22 y 23 de octubre de 2019 y el 30 de enero de 2020, el juzgado realizó pruebas periciales en relación a la denuncia de la Fiscalía contra Ercros, Electroquímica Onubense y Salinas del Odiel –anteriores y actual propietaria de las instalaciones–. Se les acusa de un delito contra los recursos naturales y el medioambiente. El caso saltó en 2015.

Sanciones después de muchos años

En Sevilla, Ercros fue condenada en 2008 al pago de 3,98 millones de euros a la empresa Construcciones Albora por el saneamiento del terreno en que se ubicaba la antigua fábrica de San Juan de Aznalfarache. Su actividad había cesado hacía treinta años, en 1986.

Más recientemente, el pasado julio, fue sancionada por una infracción grave por no señalizar sus instalaciones eléctricas en las Salinas de Huelva provocando un grave episodio de mortandad de aves.