Que se ponga

(Se abre el telón. Aparece un señor alto y apuesto; viste camisa roja abrochada hasta el cuello, pantalón negro y boina o chapela, que, al caso, es lo mismo. El señor alto está de pie y junto a él, una mesita camilla con un teléfono negro de esos antiguos que ya no se ven. Comienza a dar vueltas parsimoniosamente a la rueda de los números del aparato).

– Hola, buenos días. ¿Está la ETA? Que ya no es ETA, sí, pero es el mismo número. ¿Y su primo Bildu? Que se ponga. Qué pasa, Arnaldo. Soy yo, Peter, que me dijo el Pableras que llamara. Oye, cómo está el tiempo por el País Vasco… digo por Euskadi, sí, sí, hombre, que siempre me confundo. Euskal Herria. No te enfades, hombre, que es la costumbre. Va mejorando, ah. Me alegro, hombre. Ya, ya sé que a ustedes cuatro gotas os da igual, que sois vascos. Cuadrados los tenéis, si yo lo sé. Era por preguntar, hombre. Las mascarillas a ustedes que erais tan de la capucha no os molestarán ni nada. Que mira, Arnaldo, que quería yo decirte que me han dicho que en Bruselas dicen que eso de hacerle homenajes a los etarras como que está feo; que era pa’ saber si sabes algo. Ah, que ha sido sin querer, ya. Sin querer evitarlo, dices, ¿no? Como cuando se perdieron unas pistolas en Francia y las ibais a devolver pero no decías si antes o después de usarlas. Cachondo eres, Begoña siempre me dice que pareces andaluz. No, no, que es broma, que sois vascos, vascos, con RH negativo, sí, sí, sí. Ya me quedo más tranquilo, hombre. Que están en Bruselas venga a llamar y llamar y yo “no saber mesié, no saber” y pa’ eso te llamaba mayormente. Pero, que me pregunto yo, Arnaldo, si podéis hacer homenajes más recogidos, aunque sea por la pandemia. Que ya veréis. Si yo se lo digo a Casado y a Inés, que esto es lento, que acordarse cuando Josemari y el «movimiento de liberación vasco»… Si es lo que tiene, tanta prisa. ¿Pero con el Presupuesto sin problema, no? Arnaldo, que no me gustaría tener que recurrir a las indirectas, eh. Que me conozco y empiezo a preguntar: «¿Alguien ha matado a alguien? ¿Alguien es un asesino?». Y acabáis llorando, eh. No digas que no te aviso. Es que digo yo que si estamos «en paz», a’ qué tanto homenaje, coño. La costumbre, claro. Si es lo que tiene. Si yo lo entiendo, como cuando la costumbre de matar a gente por pensar diferente, pero a ver si te acostumbras a hacer croché o a levantar piedras, que trae más cuenta. Una última cosa, Arnaldo, por si Gabilondo se lo piensa: ¿A ti no te interesará se presidente de Madrid, verdad?