Aniversario

El laboratorio de experimentación nuclear de Palomares

Se han cumplido 56 años de la caída de las cuatro bombas y sigue sin limpiarse el material radiactivo en el enclave almeriense

Área restringida en Palomares
Área restringida en PalomaresLa RazónLa Razón

El día 17 de enero de 1966 cuatro bombas nucleares cayeron sobre Palomares, una pedanía del municipio almeriense de Cuevas del Almanzora, esparciendo por la zona los nueve kilos de plutonio que contenían. Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, se bañaba un par de meses más tarde en lo que los españoles creyeron que eran sus playas para demostrar la salubridad de las aguas y en lo que supuso uno de los ejercicios de desinformación más famosos de nuestro país. Un gran engaño que, como denuncia Ecologistas en Acción, podría seguir más vivo que nunca.

Nunca se limpió la zona, apenas se retiraron 270 gramos de plutonio y el resto se dejó esparcidos por Palomares. Incluso se construyeron dos fosas para enterrar ese material que aún siguen en la misma situación.

Foto de archivo del 8 de marzo de 1966 del ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga (2-d), y el embajador de Estados Unidos en España, Angier Biddle Duke (d), bañándose en la playa de Palomares, en Almería
Foto de archivo del 8 de marzo de 1966 del ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga (2-d), y el embajador de Estados Unidos en España, Angier Biddle Duke (d), bañándose en la playa de Palomares, en AlmeríaefeAgencia EFE

«Lo que tienen ahí es un laboratorio en el que están experimentando con seres humanos y con el medio ambiente en general», explica el abogado y coordinador en Almería de Ecologistas en Acción, José Ignacio Domínguez. «Eso ya lo organizaron en el 66. Es fuerte decirlo pero está completamente acreditado. No limpiaron a propósito para estudiar las consecuencias de la radiactividad», señala. Efectivamente, en febrero de ese año se firmaba el acuerdo Otero-Hall, para experimentar los efectos de los materiales fisionables en los seres vivos, incluidos los humanos. Medio siglo más tarde y pese a la evidente presencia de radiactividad en la zona, nadie ordena la limpieza del material tóxico. Ningún Ministerio, organismo, ni siquiera el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), se muestra competente a dar la orden, situación que ha sido elevada a los juzgados.

Sin competencias

Precisamente, esa falta de competencias fue el argumento para que la Audiencia Nacional rechazara la demanda del grupo ecologista el pasado mes de julio: «No es función de esta Sala informar al recurrente de cuál es el organismo competente, pero sí que podemos afirmar contundentemente que no es función del CSN».

Aunque el tribunal señalaba en la sentencia a la «Administración del Estado y los organismos que de ella dependen» como responsables de ordenarla, y a Enresa la competencia de recoger y almacenar los residuos radiactivos que se generan en España; el Ministerio para la Transición Ecológica también echaba balones fuera. En este caso, hacia el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). En su respuesta a Ecologistas en Acción, Carlos Alejaldre, director general del Ciemat, explicaba que el organismo «trabaja en el Programa de Vigilancia Radiológica y Ambiental y envía sus resultados al CSN, pero no tiene capacidad para realizar la descontaminación de los terrenos implicados». Parece evidente que se investiga y se toman muestras, pero nadie se lleva el plutonio, convertido ya en americio.

Imagen histórica del suceso de Palomares, en Almería
Imagen histórica del suceso de Palomares, en AlmeríaFotoLa Razón

«Lo único que hicieron de 2007 a 2011 es vallar la zona. Está todo silenciado, la política es restarle importancia al impacto en la salud», explica José Ignacio Domínguez.

«Ni siquiera hay un símbolo que alerte acerca de la radiactividad. Mientras, la fauna silvestre sale y entra del perímetro y se lleva adheridas las partículas de plutonio. Lo mismo pasa con el agua e incluso con el viento. Una persona que se acerque a la valla, recibe la misma radiación que si se hiciera una radiografía torácica».

Los bequereles de americio

Sin información, vecinos y transeúntes desconocen los riesgos a los que están sometidos conviviendo diariemente con la radiación.

En la calle Diseminado la Punta de Palomares los números impares estarían ocupados por la valla perimetral, sobre la que se recogen datos de unos 700 bequereles de americio.

Frente a ella hay viviendas habitadas, las de número par. Y en la acera, donde pisa la gente, podría haber hasta 400 bequereles de radiaciones gamma, que afectan a los seres vivos.

Un soldado norteamericano analiza el material encontrado de las bombas atómicas caídas en Palomares en 1966
Un soldado norteamericano analiza el material encontrado de las bombas atómicas caídas en Palomares en 1966larazon

Ese perímetro de 40 hectáreas se conseguía tras la labor, además de los ecologistas, de uno de los únicos alcaldes que mostraron preocupación por el plutonio, Jesús Caicedo, actual Presidente de la Autoridad Portuaria y que fuera también senador por el Partido Popular. Hoy, lamenta que siga sin hablarse en positivo de Palomares: «Pedí sacarlo del cajón, que se hicieran las expropiaciones y se marcara un calendario para la limpieza. Hablé con presidentes, con ministros, con embajadores de Estados Unidos. Volvimos a poner el asunto sobre la mesa».

Cuestionado sobre si la experimentación está tras la falta de limpieza, lo niega: «No, se debe a que si los americanos lo hicieran aquí, deberían hacerlo también en los cientos de lugares donde les han ocurrido accidentes similares».

Según los datos del propio CSN, tras la recogida de un centenar de muestras en 2021, incluidas hortalizas cultivadas, se encontró contaminación radiactiva en 72 de ellas. A falta de limpieza, seguirán las mediciones.