Política
Moreno: «¿Cómo va a ser fuerte un gobierno de Vox?»
La oposición centra sus críticas en el pacto en Castilla y León y el presidente andaluz señala que no determina lo que pase en Andalucía
Desde que el 2 de diciembre de 2018 la aritmética de los votos lo situó ante la posibilidad de ser el primer presidente no socialista de la Junta, Juanma Moreno se ha enfrentado en diversas ocasiones a «la disyuntiva Vox». El presidente andaluz, centrado y centrista y que evoca a Adolfo Suárez, Clavero Arévalo y hasta a Felipe González, aunque rechaza «colocar etiquetas» al partido situado a la derecha del PP, no esconde que su aspiración máxima es gobernar al margen de cualquier fuerza extrema. Moreno apela a los puntos en los que puede haber entendimiento –economía, gestión, reducción de entes– y rechaza cualquier retroceso social en materia de igualdad, inmigración o medio ambiente. La posibilidad de romper con la dependencia parcial del Gobierno andaluz respecto a Vox es un anhelo que está llevando incluso a Moreno a tratar de estirar las costura de la legislatura tirando de la geometría variable en el Parlamento. Con el escenario que se plantea tras el pacto del PP y Vox en Castilla y León –«Por Dios, sacad un buen resultado», pidió en campaña a los de Mañueco–, Moreno insiste en su hoja de ruta y su «aspiración legítima, que no utópica» de lograr «una mayoría suficiente para gobernar en solitario». En la sesión de control en las Cinco Llagas, se lo dijo directamente al portavoz de Abascal en el Parlamento, Manuel Gavira: «¿Cómo va a ser fuerte un gobierno de Vox?», apelando a que no cree «en la UE ni en el Estatuto ni en la comunidad autónoma».
Moreno no quiere a Vox como socio y ni se lo plantea en tanto «la aritmética» no pida la palabra. Los sondeos dan al PP en torno a 50 de 109 diputados. Con ese resultado, la situación de Castilla y León –más similar ahora en el reparto de fuerzas que hubo en Andalucía en 2018 con PP y Cs– no es repetible. Lo que es innegable, y Moreno así lo sabe, es que la entrada de Vox en un Ejecutivo del PP será utilizada por la oposición como arma arrojadiza. En Andalucía, en cualquier caso, esta situación no es nueva, dado el pacto parlamentario que había con Vox hasta que éste, para forzar un adelanto, tumbó las cuentas de 2022 junto a PSOE y Unidas Podemos. La respuesta, como sucedió en el Pleno cuando la portavoz socialista cuestionó sobre si «estaría dispuesto a meter en el Gobierno de Andalucía a la extrema derecha», se viene repitiendo toda la legislatura: «¿Qué hemos canjeado los andaluces para que su partido pacte con la Esquerra Republicana de Cataluña independentista y con herederos de Eta, con un partido que no condena el terrorismo?». Moreno criticó la «oposición fake» del PSOE-A.
«Castilla y León es Castilla y León y Andalucía es Andalucía», reiteró Moreno, quien después ante los medios apeló a la distancia geográfica y social y a su propia postura personal. «Lo que ocurra en una comunidad no va a marcar lo que ocurra en otra», dijo, apelando a «cada realidad sociológica».
La intención de Moreno es apurar hasta diciembre las elecciones y recordó a Gavira que «la campaña llegará» y «no puede obstruir» la gestión porque «cada vez se parece más a la crítica del PSOE». Las líneas rojas están claras y recogidas en el Estatuto. Así, el Parlamento aprobó una PNL de Cs que pide al Gobierno renovar la financiación del Pacto contra la Violencia de Género. PP-A, Cs y Vox sí rechazaron que el plenario se oponga al «veto parental» o al teléfono de violencia intrafamiliar. El Parlamento volvió a reivindicar la igualdad por el 8-M con la ya clásica ausencia de Vox, que bloqueó la unanimidad de nuevo obligando a leer una declaración fuera de la antigua capilla de las Cinco Llagas.
El PSOE, con un líder muy desconocido más allá de Sevilla y unas encuestas desfavorables, se aferra al discurso que le ofrece el pacto castellanoleonés con Vox y a la posibilidad de una candidata por parte de Abascal que aglutine a la izquierda en su contra como Macarena Olona. «Ya sabemos qué había detrás del golpe de estado a Génova contra Casado: por una parte, tapar la corrupción y por otra parte abrirle las puertas de par en par a la extrema derecha», señaló Férriz. Espadas reivindicó al PSOE-A como «única alternativa» a un gobierno de Vox en Andalucía tras el pacto en Castilla y León. La baza del PSOE con Vox choca con la naturalización de la derecha por parte de Moreno.Con todo, el sprint final de legislatura persigue no depender de Vox, en el marco además de una suerte de refundación en Sevilla del PP en la que los populares andaluces tienen más autonomía y peso en el partido. La «disyuntiva Vox» y la «incógnita Espadas» frente al «factor Moreno».
✕
Accede a tu cuenta para comentar